mardi 27 septembre 2022

Dans le jardin de l'ogre L- Slimani


Une semaine qu'elle tient.Une semaine qu'elle n'a pas cédé. Adèle a été sage. En quatre jours, elle a couru trente-deux kilomètres. Elle est allée de Pigalle aux Champs Elysées, du musée d'Orsay à Bercy. Elle a couru le matin sur les quais déserts. La nuit, sur le boulevard Rochechouart et la place de Clichy. Elle n'a pas bu d'alcool et elle s'est couchée tôt. 

Mais cette nuit, elle en a rêvé et n'a pas pu se rendormir. Un rêve moite, interminable, qui s'est introduit en elle comme un souffle d'air chaud. Adèle ne peut plus penser qu'à ça. Elle se lève, boit un café très fort dans la maison endormie. Debout dans la cuisine, elle se balance d'un pied sur l'autre. Elle fume une cigarette. Sous la douche, elle a envie de se griffer, de se déchirer le corps en deux. Elle cogne son front contre le mur. Elle veut qu'on la saisisse, qu'on lui brise le cràne contre la vitre. 

Dans une addiction (ici, sexuelle), la volonté n'est plus maîtresse, la tentation impitoyable, le passage à l'acte euphorisant, l'arrière-goût amer, le manque atrocement frustrant. Adèle se retrouve piégée par ce cercle vicieux et infernal, marquée par de profondes blessures narcissiques, un manque probant de reconnaissance affective lorsqu'elle était enfant (dont la perverse "jalousie" de sa mère). Elle souffre et, quitte à exister pour les autres, elle se regarde s'autodétruire à petit feu...

jeudi 22 septembre 2022

Le premier homme Ferrandez

 Jacques Ferrandez (Scénario, Dessin, Couleurs) / Albert Camus (Adapté de) 2017

Albert Camus en est le symbole: l'Algérie, ce n'était pas si simple... Algérie, automne 1913, en pleine nuit, sous la pluie. Pelotonnés sur le siège d’une petite voiture, deux hommes hâtent leur attelage pour arriver le plus vite possible à Solferino. Le plus jeune des deux, en quête d’une vie meilleure, vient s’y installer avec sa famille. Allongée à l’arrière, sa femme est sur le point de donner naissance à leur deuxième enfant.

Arrivé à destination, Henri Cormery installe sommairement son épouse dans la modeste maison qui sera désormais la leur, saute à cru sur un cheval, et part à la recherche du médecin le plus proche. Lorsqu’il revient, il trouve son fils Jacques né des mains de la sage-femme du village. Avant de s’endormir, il songe au travail qu’il faudra entreprendre dès le lendemain dans le domaine dont il est à présent le gérant.

 « Un homme, ça s’empêche ! Voilà ce qu’est un homme, ou sinon… Moi, je suis pauvre. Je sors de l’orphelinat, on me met cet habit et on me traîne à la guerre… Mais je m’empêche !!! »

Le dessin accompagne avec fidelité le récit de Camus, la beauté de l’image atténue presque trop l’âpreté et la rudesse véhiculées par le texte du roman.


mercredi 21 septembre 2022

Ali & Ava C. Barnard

2021 Reino Unido 1h35 Drama Dirección Clio Barnard Intérpretes:  Adeel Akhtar, Claire Rushbrook, Ellora Torchia, Shaun Thomas, Natalie Gavin, Mona Goodwin, Krupa Pattani, Vinny Dhillon, Tasha Connor.

Ava es mitad británica y mitad irlandesa, tiene varios hijos de distintos padres y es ayudante en un colegio. Siente que no se merece una oportunidad en el amor ni ser feliz. Pero todo cambia cuando conoce a Ali; se abre a él y le cuenta sus pasados éxitos académicos y sus relaciones, estableciendo así un vínculo que le era ajeno desde hacía mucho tiempo. Ava ofrece simpatía, empatía y comprensión en medio de tanto sufrimiento. El hecho de que su madre esté saliendo con un hombre paquistaní hace que su hijo, Callum se enfrente a ellos. Barnard muestra mucho estilo a la hora de retratar personas y lugares en Bradford. Plasma un sentido de comunidad capaz de crear problemas y encontrar soluciones. Todo está rodado con mucho gusto y bien orquestado hasta el tramo final. Se usa con inteligencia la música, que marca el “mood” del film, con temas de Karen Dalton, Buzzcocks, La Roux, Daniel Avery, The Specials o Sylvan Esso, aunque es Bob Dylan el que marca el momento en que la relación entre Ali y Ava se acerca a la madurez.

 

Otra vida por vivir T.Kallifatides

El año pasado, en invierno, unos cuantos días antes de Navidad, me invitaron a un acto literario panescandinavo en Helsingborg, la segunda ciudad más grande del sur de Suecia, con unos cien mil habitantes mñas o menos.  Estaba muy emocionado. Yo representaba a Suecia y, sentados a mi lado, había buenos y conocidos escritores, dotados además con otras virtudes. La danesa era elegantísima, la noruega muy bella y muy joven, el finlandés-sueco tenía su gracia. Yo era el más viejo de todos, algo que desde hace varios años me ocurre a menudo y que considero un privilegio. La mayor parte d ela gente me deja en paz, sólo algunos entusiastas se me acercan para que les firme libros escritos hace veinte o treinta años.

Narración aparentemente errática va centrándose en algunos conflictos importantes, el autor tiene una perspectiva privilegiada al contemplar cómo Suecia cerró la frontera a los refugiados griegos, o al ver cómo la UE exigía a Grecia la devolución del dinero de los rescates, sumergidos en su peor crisis económica. Las apostillas que Kallifatides hace a lo que significa ser griego y, por ende, a lo que significa ser europeo son irrebatibles. Todo ello le lleva también a detenerse en la libertad de expresión. En unos tiempos en que “libertad” parece definirse, ante todo, como el derecho a ofender a los demás, y en años en que es “tendencia” defender apasionadamente la libertad de expresión pero sólo a condición de que expreses lo que ellos expresan o expresarían… Kallifatides media como los viejos clásicos de su país: “Si queremos entendernos unos a otros, ante todo debemos aceptar que el otro existe y que es probable que crea en cosas distintas de las que creemos nosotros. En una relación de igualdad no hay sino derechos recíprocos y obligaciones recíprocas. Respétame para que te respete, escúchame para que te escuche. […] Una cultura no puede ser juzgada sólo por las libertades que se toma, también se juzga por las que no se toma. Hay cosas que no se prohíben, pero eso no significa que se permitan”.

mardi 20 septembre 2022

Clara Campoamor Rodríguez: mujer y ciudadana (1888-1972)

La exposición se propone conmemorar el cincuentenario de la muerte de Clara Campoamor (30 de abril de 1972), una de las primeras abogadas españolas, diputada en las Cortes de la II República durante el primer bienio y activa feminista. Dedicó gran parte de su vida a la defensa de la libertad y de la igualdad, principios sagrados de la democracia, y, expresión de ellas, a la reivindicación de los derechos de las mujeres.

Clara nació en Madrid en 1888. Se cumplían cuarenta años de la reunión de Seneca Falls (New York, junio de 1848), que articuló el sufragismo anglosajón, y una década del primer debate en el Congreso de los Diputados sobre el reconocimiento del derecho electoral a las españolas. Pareciera que fuese un guiño del destino. Sin embargo, la situación femenina en ese momento no permitía aventurar que Clara llegase a convertirse en la figura de reconocido prestigio que alcanzó a ser.

Huérfana de padre muy pronto, desempeñó diversos empleos antes de cursar bachillerato ya adulta, licenciarse en Derecho (1923) e iniciar el ejercicio de la abogacía.

Dos temas le atrajeron especialmente: la lucha contra las discriminaciones legales que sufría la mujer y la defensa de la paz. A los dos dedicó su actividad pública como conferenciante, abogada, diputada y delegada de España ante la Sociedad de Naciones (1931-1933).
Feminista de arraigadas convicciones, ayudó a fundar la “Juventud Femenina Universitaria”, el “Lyceum Club” y la “Federación Internacional de Mujeres de Carreras Jurídicas”. En octubre de 1931 creó la “Unión Republicana Femenina” para combatir el ambiente adverso al voto femenino.

Clara llega a la política en las filas del Partido Radical. Es elegida diputada en las primeras Cortes de la II República por la provincia de Madrid, en las que destacó su alegato en pro del voto femenino, su intervención sobre la ley del divorcio y su apoyo a las reformas legales a favor de la mujer. Al no ser reelegida en 1933, el gobierno radical-cedista le nombró “Directora General de Beneficencia”. Dimitió tras la represión de la Revolución de Asturias (octubre, 1934) y abandonó definitivamente su partido en enero del año siguiente. Al estallar la guerra, abandonó el país, no sin antes publicar Mi pecado mortal. El voto femenino y yo, donde defiende su trayectoria política. En el exilio se dedicó a escribir: prensa, traducciones, biografías…, pero teniendo siempre en mente el regreso a España. Fracasados varios intentos, el anhelo seguía vivo cuando falleció en Lausanne en 1972. 

La muestra persigue que el visitante se acerque a la trayectoria vital de Clara Campoamor para conocer sus luchas, sus conquistas y, también, sus frustraciones. El recorrido aparece inscrito en un doble contexto: internacional, referido a los primeros movimientos feministas que informan su pensamiento, y nacional, que recoge la posición de las mujeres en la sociedad y su evolución durante los años anteriores a la guerra civil. Hacerlo así, permite entender el significado de su figura en la época, el intencionado olvido al que es sometida durante el franquismo, y la recuperación de su legado desde el retorno de la democracia como protagonista de la memoria histórica y democrática de nuestro país.

vendredi 16 septembre 2022

La vida en una caja de cerillas F. Kongoli

Cuando sonó el timbre de la puerta de la calle, él se encontraba junto a la mesa. Con una botella de Jack Daniel's consumida más allá de la mitad y un vaso vacío. El timbrazo, como temeroso, fue seguido por un pesado silencio y él creyó que se lo había inventado. pero el timbrazo se repitió de la misma manera, como temeroso. Pensó en Dina, una de las camareras del bar situado en la planta baja del edificio, sobre cuya entrada aparecía escrito : La gaviota.

Kongoli apunta al personaje solitario, al ser humano solo ante su circunstancia con un concierto de terribles expectativas políticas y sociales como fondo macabro mientras el régimen estaba instaurado. Se trata de la historia de un hombre al cual el dolor por la ruptura con su pareja le deja sumido en las sombras. En el apartamento en el que ahora vive, aparece una chica gitana a la que quiere llevar a la cama a la fuerza y, por esas cosas de la vida, la chica termina muerta. Decide esconder el cadáver en su piso hasta que se le ocurra un plan. A partir de ese instante la historia de este hombre comienza a desarrollarse ante nuestros ojos.
Kongoli utiliza dos registros para narrarnos la vida de Bledi Terziu, periodista de sucesos: un narrador omnisciente que perfila escenarios, emociones y hechos y la narración por medio de unas notas del propio Terziu que nos acercan al hombre y su soledad y desatino vital. De estas dos fuentes mana con pausada decisión la vida turbulenta de este hombre obsesivo, bebedor y solitario.
Resulta admirable notar como la historia va construyendo cuadros precisos de la reciente historia albanesa sin forzar ni la historia ni la política. En el fondo de la lectura observamos cómo se va estructurando el edificio social de la historia. Cuando terminamos de leer tenemos una idea precisa de cómo fueron las cosas entonces.

lundi 12 septembre 2022

Arbain

Exposición fotográfica sobre los ritos y ceremonias que rodean la peregrinación de Arbain, en la galería de arte Ulmacarisa.

La exposición narra en imágenes la marcha de los peregrinos que desde la ciudad de Nayaf se dirigen a pie a Karbala así como los servicios que desinteresadamente se le ofrecen a los caminantes. Consta de una treintena de fotografías cada una de las cuales muestra una escena concreta de esta peregrinación.

La ceremonia de Arbaín es una de las congregaciones religiosas más grandes del mundo. El asesor cultural de la República Islámica de Irán, Mohamad Mahdi Ahmadi “Esperamos que esta exposición de arte pueda ayudar a la gente de España a conocer este ritual religioso y cultural”, señaló.

El embajador iraní en España, Hasan Qashqavi, también destacó la importancia de la caminata multitudinaria de Arbaín para los fieles musulmanes de Irán. En los últimos años, Arbaín ha reunido a más de 20 millones de peregrinos de muchos países, que además de Irak se efectúa en Irán, Baréin y El Líbano.


 

jeudi 1 septembre 2022

El gran frío Ribas/Hofmann

¿Y si el jefe se había equivocado? Se bajó del tranvía en la Plaza de España con la certeza de que, por primera vez en los tres años que llevaba trabajando para él, el señor Rubio se equivocaba. Echó un primer vistazo a los urinarios públicos en la esquina de la calle Cruz Cubierta, hacia los que se dirigía un hombre quitándose ya los guantes. Un error. Era un error enviarla a ella al lugar de los hechos. Ninguno d elos implicados le contaría nada. No sólo porque fuera mujer; t
ampoco nadie estaría muy dispuesto a hablar del asunto con un hombre, ni las trabajadoras de la fábrica de bombillas ni los tipos con los que la detenida les organizaba encuentros. 

Cruda historia donde la ignorancia, la pobreza, el fanatismo religioso, la superstición, el aislamiento y la ruindad de algunos seres humanos, crean el ambiente propicio para una serie de abusos y asesinatos. “El gran frío”, segunda novela de la trilogía sobre la España de los 50´s. Una novela que se lee de un tirón. Es capaz de hacerte sentir el frío de ese febrero de 1959 en pleno agosto. Transmite la negrura y dureza de esa época de una manera tan cercana que parece que lo estés viviendo. El sacerdote de dicha población oscense llama al periódico para dar la exclusiva de una niña de 13 años que padece los estigmas de Cristo. Hasta allí se acerca Ana dispuesta a dar una visión humana del suceso. Su llegada a Las Torres supone un acontecimiento social, unos pocos la reciben con los brazos abiertos, los más como a alguien que viene a romper su monotonía. El viaje desde Barcelona al Maestrazgo es también un viaje en el tiempo. Si en el 1956, en una gran ciudad se notaban los desastres de la Guerra Civil, en Las Torres parecía que se vivía todavía en el siglo XIX, aunque la guerra continuaba presente gracias a los maquis y al somatén del pueblo, que de vez en cuando organizaba partidas para capturar a los pocos que aún quedaban por allí. Al intentar desvelar el misterio de los estigmas, Ana se da cuenta de que la población vivía bajo la bota de un terrateniente que dominaba absolutamente toda la economía del pueblo. Además, el conocimiento del terreno la va haciendo desviarse del tema de los estigmas para centrarse en el gran secreto que oculta el pueblo, que no es otro que la muerte de niñas adolescentes que dan los primeros pasos de su feminidad. Un gran silencio cubre el lugar, como el frío que se padece, que no sólo hiela el corazón sino también la sangre.