lundi 31 août 2009

Ojos de agua Domingo Villar

El inspector entró en la comisaría y se internó por el pasillo que formaban las dos hileras de mesas. Con frecuencia, caminando entre los ordenadores alineados, había tenido la sensación de encontrarse en la redacción de un periódico en lugar de en una comisaría de policía.
Estévez se puso en pie al verle aparecer y le siguió moviendo su humanidad de más de un metro noventa.
Leo Caldas atravesó la puerta de cristal esmerilado de su despacho y echó un vistazo a las diferentes pilas de papeles amontonadas sobre su mesa. Sabiendo que sólo se trataba de una media verdad, se jactaba de ser capaz de localizar cada cosa en aquel aparente desorden de notas y documentos. Se dejó caer en su silla de cuero negro, cansado tras una larga jornada de trabajo, y suspiró sin saber por donde empezar.

mercredi 26 août 2009

Espárragos Cojonudos made in China

El espárrago tiene multitud de propiedades: rejuvenecedoras, diuréticas, además su riqueza en fibra evita el estreñimiento. Ya antes de conocer todas estas bondades me encantaban blancos o verdes. El pasado marzo estando en Hamburgo tuve la inmensa fortuna de poder degustarlos frescos, a precios muy razonables.
Pero no es de esta experiencia de la que quiero escribir aquí; en España resulta casi imposible encontrar espárragos del país. Lo he intentado en Mercadona que los trae de Perú y de China; en Consum, idem y esta mañana en las tiendas Vidal de Valencia. La lata anunciaba "Cojonudos" y para mi, como para la mayoría eso equivale a Navarra. Mi alegría duró el corto tiempo que me llevó buscar el origen: China, eso si tan pequeño como enorme aparece el Cojonudo.
Me siento timada; no afirmo que los espárragos chinos o peruanos sean peores que los nacionales, pero ¿por qué no anunciarlo?
Indagando, encontré la Blogosofia que me ilustró sobre la marca Cojonudos. Y para que no te den gato por liebre, mira bien si aparece la etiqueta Espárragos de Navarra, como en los de la foto.

mercredi 19 août 2009

Le vol des cigognes de JC Grangé

Avant le grand départ, j’avais promis à Max Böhm de lui rendre une dernière visite.
Ce jour-là ,un orage couvait sur la Suisse romande. Le ciel ouvrait des profondeurs noires et bleuâtres, où saillaient des éclats translucides. Un vent chaud soufflait en tous sens. A bord d’un cabriolet de location, je glissais le long des eaux du lac Léman. Au détour d’un détour, Montreux apparut comme brouillée dans l’air électrique. Les flots du lac s’agitaient et les hôtels malgré la saison touristique , semblaient condamnés à un silence de mauvais augure. Je ralentis aux abords du centre, empruntant les rues étroites qui mènent au sommet de la ville.
Lorsque je parvins au chalet de Max Böhm, il faisait presque nuit. Je jetai un coup d’œil à ma montre : dix-sept heures. Je sonnai, puis attendis. Pas de réponse. J’insistai et tendis
l’oreille. Rien ne bougeait à l’intérieur. Je fis le tour de la maison : pas de lumière, pas de fenêtre ouverte. Bizarre. D’après ce que j’avais pu constater lors de ma première visite, Böhm était plutôt du genre ponctuel. Je retournai à ma voiture et patientai. De sourds grondements raclaient le fond du ciel. Je fermai le toit de ma décapotable. A dix-sept heures trente, l’homme n’étiat toujours pas là. Je décidai d’effectuer la visite des enclos. L’ornithologue était peut-être allé observer ses pupilles.

mardi 18 août 2009

Solo en el mundo de Hisham Matar

Ahora evoco el recuerdo de aquel último verano, antes de que me enviaran al extranjero. Era 1979 y el sol estaba en todas partes. Inerte y luminosa, Trípoli yacía bañada en su resplandor. Personas, animales e insectos buscaban ansiosamente una sombra, una de esas misericordiosas manchas grises que se recortaban aquí y allá en la blancura de todas las cosas. Pero la verdadera misericordia no se otorgaba hasta la noche, con la llegada de una brisa que se había enfriado en la vastedad del desierto y aquí se impregnaba de la humedad del mar, que susurraba a los pies de la ciudad, tímida visitante que recorría en silencio las calles vacías, sin saber hasta donde se le permitiría llegar en aquel reino del astro absoluto. Y ahora el astro, siempre fiel, ya asomaba y ponía en fuga a la bendita brisa. Casi era de día.

mardi 11 août 2009

Privado de título de Andrea Camilleri

Hacia mediados de abril de 1941, el profesor de Cultura Militar del gimnasio-liceo (instituto de enseñanza media y superior) Empedocle de Giurgenti, el abogado Francesco Mormino, empezó, previa autorización del señor director, naturalmente, a recorrer el centro clase por clase para explicarnos a los alumnos (yo estudiaba por entonces primero de liceo) el cómo y el porqué de la gran concentración juvenil-fascista que se celebraría en Caltanissetta el día 21 de aquel mismo mes.
Y corría la voz de que en aquella concentración participarían también vanguardistas y jóvenes italianas de todas las demás provincias sicilianas.
En nuestra clase, el profesor abogado Mormino se presentó a media mañana, interrumpiendo un terrible examen oral de Griego. Y por eso fue recibido por los alumnos puestos en pie, saludado brazo en alto a la romana y acogido con un espontáneo aplauso liberador.