Después de destruir centenares de vidas y destrozar muchas más, uno de los mayores daños provocados por la organización terrorista ETA es el sufrido por los movimientos populares de emancipación. Las acciones de ETA distorsionaron considerablemente el debate político durante la Transición y siguieron haciéndolo después. Aún hoy. Por la gravedad de sus consecuencias y por la terrible utilización política que se ha hecho y se hace del irreparable dolor de las víctimas. ¿Por qué hablo aquí de ETA? Porque al anunciar una obra sobre los GAL nos preguntan algunos socios de la cooperativa teatro del barrio ¿y qué pasa con ETA?
 Esta obra es sobre otro terrorismo: el terrorismo de Estado, aquel que se hace en nombre de todos los ciudadanos, gracias a sus votos y a sus impuestos, pero sin contar con su opinión. Ni antes ni después: los archivos del CESID son intocables, ya sea para conocer lo que pasó el 23 F o para saber quién estaba detrás de los GAL. Ese terrorismo, también llamado guerra sucia e incluso guerra humanitaria -cuando se practica sobre terceros países-, que sólo es posible cuando las instituciones democráticas son débiles, o, dicho de otra manera, no son realmente democráticas. 
 “Las guerras correctas” es la quinta producción del Teatro del Barrio y continúa la voluntad de servir como medio de información alternativo en un sistema donde los mayores medios de comunicación son -por voluntad de sus propietarios, no de quienes trabajan en ellos- uno de los principales obstáculos para el desarrollo democrático.
No podemos entender la actual crisis sin entender los últimos 40 años y los anteriores 40. Nos robaron el conocimiento, pero ya caminamos a su encuentro.
Alberto San Juan