mercredi 30 juillet 2014

Le grand Coeur J.C.Rufin

Je sais qu’il est venu pour me tuer. C’est un petit homme trapu qui n’a pas les traits phéniciens des gens de Chio. Il se cache comme il peut, mais je l’ai remarqué à plusieurs reprises dans les ruelles de la ville haute et sur le port.
La nature est belle sur cette île et il m’est impossible de croire qu’un tel décor puisse être celui de ma mort. J’ai eu si peur dans ma vie, j’ai tant de fois craint le poison, l’accident, le poignard que j’ai fini par me faire une idée assez précise de ma fin. Je l’ai toujours imaginée dans la pénombre, au crépuscule d’un jour de pluie, sombre et humide, un jour semblable à celui où je suis né et à tous ceux de mon enfance.
Ce roman historique retrace la vie de Jacques Cœur,  fils d’un artisan fourreur de Bourges qui devint commerçant richissime et Argentier de Charles VII. Après de longues années à le servir, le roi lui retire son appui. Bien raconté.

mercredi 23 juillet 2014

Le joaillier d'Ispahan D.Digne

D’aussi loin que je me souvienne, les diamants m’ont toujours fasciné. A cela rien d’étrange pour le fils d’un joaillier. Si je partis en acquérir dans le Sud des Indes très jeune, je m’en détachai peu à peu en Perse, attiré par d’autres richesses.
Cette longue histoire commença sur les quais de la Seine, où je naquis le 23 novembre 1643, l’année où Louis XIV devint roi. Mon grand-père, premier de la lignée, avait martelé l’enseigne de Saint Eloi de notre bijouterie avec  l’argent des mines qu’il possédait en Lorraine. « Ce serait un drame si nous devions la décrocher », disait-il.  Aussi levais-je la tête chaque matin pour voir si elle était bien là.
Les voyages de Jean Chardin jeune homme plein de curiosité, attiré par le voyage et les histoires de Marco Polo. Intéressant.

samedi 19 juillet 2014

La casa de la mezquita Abdolah Kader


Alef Lam Mim. Había una vez una casa muy antigua llamada “la casa de la mezquita”.

Era grande, de treinta y cinco habitaciones, y durante siglos habían vivido en ella familias emparentadas al servicio de la mezquita.
Todas las estancias poseían una función y un nombre correspondiente, como el cuarto de la cúpula, el cuarto de fumar, el cuarto de las historias, el cuarto de las alfombras, el cuarto de  los enfermos, el cuarto de las abuelas, la biblioteca y el cuarto del grajo.
Se había construido detrás de la mezquita, adosada a ésta. En un extremo del patio, una escalera de piedra conducía a la azotea, desde la que se accedía al templo. Y en medio del patio se hallaba el houz, la alberca hexagonal para las abluciones antes de la oración.
Por aquel entonces la casa estaba habitada por las familias de tres primos: AgaYan, el vendedor de alfombras, responsable del viejo zoco de la ciudad; Alseberi, el imán de la mezquita; y AgaShoya, su muecín.
Escrita en neerlandés, su autor de origen iraní nos narra la historia de un clan que ve tambalear su posición privilegiada cuando la revolución islámica arrasa la tranquila ciudad de Seneyán en la que viven. Muertes, fanatismo en nombre de Alá, guerras, desapariciones, dolor. Tras la tormenta vuelve la paz y el sentido común.

samedi 12 juillet 2014

Crematorio Chirbes



Estás tendido sobre una sábana, sobre una lámina de metal, o sobre un mármol. Te estoy viendo. Vuelvo a verte. Me he olvidado de ti mientras he estado charlando con el ruso en la cafetería, observando por detrás de la cristalera a los turistas que, a primera hora de la mañana, ocupan las sillas de la terraza y a los que, unos metros más allá se tienden sobre la arena o chapotean en el agua. Él se ha tomado un par de whiskies. Yo me he pedido un té con hielo. No quiero beber tan temprano.
Valencia, Mediterráneo, luz, calor, construcción, cocaína, lujo, rusos, putas, sueños de juventud, arte, muerte, descalabro, enfermedad, sexo, corrupción, naranjos, almendros y olivos. París, Roma, arte, j’avaisvingtans, un hermano que se muere, un amigo que se apaga, dolor, literatura, esperanza infundada, vida.

samedi 5 juillet 2014

El cercano Oriente Asimov



Hace unos nueve mil años, comenzó a producirse un gran cambio en la humanidad.
Hasta entonces y durante muchos miles de años, los hombres recolectaban frutos o cazaban animales para alimentarse allí donde podían perseguían animales salvajes y recogían frutas y bayas. Habían roído raíces y buscado nueves. Los hombres debían contentarse con sobrevivir, y los inviernos eran épocas de hambre.
Una franja de tierra no podía sustentar a muchas familias, y los seres humanos se dispersaban sobre la superficie del planeta. Hasta el 8000 aC tal vez no había más de ocho millones de seres humanos en total.