jeudi 31 octobre 2019

Los asquerosos S. Lorenzo

Nació en Madrid en 1991. Su padre era uno que le daba igual, a todo el mundo. Su madre, que lo mismo, era la hermana de mi exmujer, que no veo desde hace ya ni sé. No tenía más tíos que yo.

Impresionaba verle, con once años, buscando trabajo en Internet. Ni se lo iban a dar ni él lo iba a pedir, por su edad. Pero desde crío, Manuel ya estaba indagando sobre cómo sería verse a sí mismo metido en el mundo. 
Manuel es nombre falso. pero es que no debo dar el verdadero.
Era uno de esos críos a los que ahora llaman "niños de la llave". Sus padres, por trabajo o relaciones, nunca estaban en casa. Manuel llevaba la llave de su domicilio colgada al cuello porque no tenía a nadie que se ocupara de él a la salida del colegio. Se supone que esta es situación carencial y penosa. Muchos, en su tesitura de desasistencia, se tirarían con los años por la autolesión, el juego de rol insano, el hostión en moto, la anorexia o el romanticismo salido de rosca.
No fue el caso de Manuel. Él alineó los pros y los contras de la incuria de la que era objeto y luego reflexionó. Para él, la falta de atenciones era una clara tajada de suerte.
Manuel, que impremeditadamente hiere con un destornillador a un policía que le quería pegar, y ante el futuro desastroso que imagina huye y se esconde en una aldea abandonada, donde su cuerpo sobrevive gracias a las entregas de un supermercado que le gestiona su tío, y su alma a través de los libros de la colección Austral que encuentra abandonados en la casa…Muy divertido,
se percibe cierto pitorreo ante la moda de la ‘nature writing’, pero abordado con enorme gracia. Lo más curioso es que el personaje acaba por inspirar envidia, dan ganas de vivir como él, liberado de todo lo social y lanzado a una aventura gozosa, neomística (“su amor por la pobreza empezaba a ser lujuria”…) en un lugar donde ”a veces llovía tanto que olía a sardinas”… Y hasta se podría rastrear un homenaje cervantino: no podemos desvelar mucho, pero, como la de don Quijote, la segunda salida de Manuel es la definitiva, en un desenlace realmente hermoso…
Una novela estupenda, en fin, que además nos habla de la despoblación en las zonas rurales, de la posibilidad de vivir con menos, del “postureo” de la vida en el campo. Para disfrutar y discutir.

mercredi 30 octobre 2019

El palacio de los sueños. I.Kadaré

A través de las cortinas se derramaba la luminosidad turbia de la mañana. Como de costumbre quiso arrebujarse bajo el embozo para prolongar unos instantes más la somnolencia, pero enseguida supo que no sería posible. El pensamiento de que el día que amanecía iba a ser excepcional para él bastó para acabar de despabilarlo. 
Poco después, mientras buscaba las pantuflas en el suelo, tuvo la impresión de que su rostro aún abotagado ostentaba una suerte de sonrisa irónica. Abandonaba el sueño para incorporarse al trabajo en el Tabir Saray, el famoso organismo que se ocupaba del dormir y de los sueños, cosa que habría bastado para provocar en cualquiera que se encontrara en su lugar una especie muy particular de sonrisa. Sólo que él estaba demasiado asustado para sonreír verdaderamente.
En el Palacio de los Sueños, escrito a mediados de los 70’s, con ciertos elementos que recuerdan a Kafka, Orwell o Huxley, el autor plantea una realidad en la que los sueños del pueblo son burocratizados por el Tabir Saray donde son analizados, catalogados, estudiados y adueñados por la maquinaria de un Estado opresivo y controlador, que obliga a los ciudadanos a recoger sus sueños por escrito y trasladarlos a una vasta red burocrática que alcanza todos los rincones del país. Toda la acción transcurre en un Estado que, presuntamente imaginario, presenta evidentes similitudes con la Albania y Tirana de la época. Con esta obra, el autor destacar el valor de los sueños como una expresión del inconsciente colectivo del país, como algo poderoso y, por lo tanto, un peligro para el autoritarismo. "Hace ya largo tiempo que el mundo reconoció la importancia de los sueños y del papel que éstos han desempeñado y desempeñan en los destinos de los Estados y de quienes los gobiernan" (Kadare 1999:53)

mardi 29 octobre 2019

Colección Masaveu

Silencio Jaume Plensa
Los Masaveu, originarios de Cataluña (Castellar del Vallés) se trasladaron a Asturias a principios del siglo XIX. En 1840, Pedro Masaveu Rovira fundó Banca Masaveu. Desde el principio fueron aficionados al arte, pero el grueso de la coleeción actual se debe al empresario asturiano Pedro Masaveu Masaveu (1886-1968), asesorado por Lafuente Ferrari, y que continuaron sus herederos.
Tras la muerte, sin descendencia, de Pedro Masaveu Peterson en 1993, quedó al frente de la corporación su hermana María Cristina que, pocos meses antes de morir, en 2006, creó una fundación con su nombre.
El comisario de la exposición, Javier Barón, jefe de Conservación de Pintura del Siglo XIX del Museo del Prado, destaca de este recorrido, iniciado con Goya con obras como Banderilleros (Suerte de banderillas), de 1793, “que recoge a los grandes artistas españoles nacidos en el XIX antes de Picasso”. Destaca la presencia de Sorolla, con 25 obras, y 10 de Anglada Camarasa. “Hay tres zuloagas, tres madrazos, cuatro piezas de Vicente López, tres regoyos… Es una visión cronológica pero que se diversifica en los temas: el paisaje realista, el ocio, la mujer… hasta llegar a la antesala de las vanguardias en el siglo XX”, añade. Rosales, Mariano Fortuny, Ramón Casas, Santiago Rusiñol o Isidro Nonell son otros de los artistas que completan esta visita a la pintura española del XIX, “hoy considerada como un documento histórico de valía porque representaba la realidad, a las mujeres y hombres y las ciudades”, subraya.
La familia de don Rafael Errázuriz Urmeneta', (1905),Sorolla
“Es una aproximación a un siglo que, aunque no lo parezca, no es tan conocido como el Siglo de Oro, Goya o Picasso. Se va a poder comprender bien su riqueza, poco valorado a veces”. Otro aspecto que Barón destaca del conjunto es que “muchas obras fueron recuperadas de subastas en el extranjero, por lo que hay varias que se podrán ver por primera vez en España”.
Además, el visitante se encontrará con la sorpresa de varios ejemplos de arte contemporáneo en el interior y los patios del palacete. “Están separadas del recorrido expositivo. Una es Silencio, que representa el rostro de una niña que se cubre la boca y cierra los ojos, de 14 metros de altura, del artista barcelonés Jaume Plensa, hecha para uno de los patios”.

mercredi 23 octobre 2019

Francisco Ontañón Oficio y creación

Andalucía/Familia andaluza 1960
Encuentros en Canal, visita con el comisario Alberto Martín Expósito.
220 fotografías forman parte de la exposición que repasa la trayectoria de uno de los mejores exponentes de la fotografía española. Muchas de las primeras fotografías que realizó Ontañón, en blanco y negro, muestran la miseria de los que más sufrieron la resaca de la Guerra Civil, tanto en Barcelona —donde nació—, como en Madrid, donde se trasladó con 23 años para desarrollar su carrera profesional. “Captó con crudeza y ternura la denominada España gris demostrando un gran compromiso y una enorme empatía hacia la realidad social”, explica el comisario de la muestra, Alberto Martín.
La trayectoria profesional de Ontañón recorre cinco décadas de la historia de España con una ecléctica selección de temas. De la Barcelona sucia y triste que dejó la guerra, al franquismo y sus planes desarrollistas. Ontañón retrató a famosos, artistas y políticos del momento. Alternaba sus publicaciones en medios con fotolibros que describían la vida de la calle —como Vivir en Madrid— o con escenas más bucólicas como las de El libro de la caza menor, con Miguel Delibes. Por delante de su objetivo desfilaron toreros, trashumantes, boxeadores, proletarios: “En sus imágenes sobre el trabajo de la gente humilde es donde anida la derrota, el dolor, el fracaso o los sueños”, describe el comisario.
Realizó reportajes fotográficos para Europa Press, Ama, Actualidad española, El País semanal.
 “La exposición reivindica el papel de las revistas ilustradas, que es donde se forjó toda una generación de fotógrafos a la que pertenece Ontañón”, explica Martín.
 Los retratos y las descriptivas imágenes para los medios se tornaron en fotografías borrosas, oscuras, con encuadres surrealistas… En definitiva, fotografía de autor. La exposición profundiza en ese viaje de Ontañón: del reportaje informativo al ensayo; de lo objetivo y universal a lo subjetivo y personal.
Colaboró con Daniel Gil en las portadas de Alianza Editorial; realizó muchas de las portadas de discos de los 60 y 70.
"Siempre pensé que tenía que dedicarme a una actividad útil; nada inútil, nada gratuito. La utilidad es comparable a la belleza, y en este mundo, los fotógrafos de talento son los capaces de embellecerlo."
Video presentación.


mardi 22 octobre 2019

“La caída y otras formas de vida” Sara Ramo

Una muestra para un espacio
La exposición plantea una falsa pared que desestabiliza el espacio expositivo, genera asimetría y pone de manifiesto su propia condición de simulacro. La muestra se articula en dos espacios: la planta baja y la primera planta.
En la planta baja la artista trabaja de manera intensiva las columnas de la sala desde un punto de vista estructural, pero también simbólico. De esta manera, genera una nueva interpretación de este elemento característico de la Sala Alcalá 31, a partir de materiales heterogéneos y, en su mayor parte, descartables o considerados ‘menores’.
En la primera planta, Sara Ramo propone un orden ligeramente diferente pero complementario, a través de un conjunto de collages textiles que tienen algo de carnavalesco. A la manera de banderas o estandartes, entre la manifestación y la procesión, respetan y parodian a la vez las formas de exhibición de una galería de arte clásica.
Los collages, a modo de telones, ofrecen cierta cualidad teatral que replica el conjunto de la puesta en escena, de la misma manera que la instalación principal constituye un collage espacial. Las obras se interrelacionan de forma no lineal, esbozando un comentario sobre el poder, su apuntalamiento y las formas de vida que este no puede prever ni controlar.
Video presentación.

mercredi 16 octobre 2019

Madre coraje y sus hijos E.Caballero

Texto: Bertolt Brecht Traducción: Miguel Sáenz Versión y dirección: Ernesto Caballero
Reparto: David Blanco, Bruno Ciordia, Raquel Cordero, Paco Déniz, Ángela Ibáñez, Paula Iwasaki, Ignacio Jiménez, Jorge Kent, Blanca Portillo, Janfri Topera, Jorge Usón y Samuel Viyuela  Escenografía: Paco Azorín Duración 2h10
«Madre Coraje y sus hijos» cuenta la historia de una cantinera, Anna Fierling, que en medio de la guerra va tirando de un carro de una trinchera a otra, de un bando a otro. «No quiere -explica Ernesto Caballero- que termine la guerra, pues de ella depende el sostenimiento de su pequeño comercio. La guerra, ese gran negocio, que con su aciaga factura de muerte y destrucción se va cobrando la vida de sus hijos, no parece despertar a Madre Coraje de su propia alienación. ¿O tal vez no sea así? Acaso cuando al final, reemprende su marcha arrastrando su carro en soledad, lo haga desde una conciencia alentada por esa “rabia de mecha larga” que ella misma preconiza en un momento de la obra».
Es un montaje esencial, en el que el carro que arrastra la protagonista constituye el centro de la escenografía, en el que juega un papel fundamental la iluminación: aquí es parte del espacio escénico»