mercredi 27 juillet 2022

Mali Twist R. Guédiguian

2021 France, Sénégal, Canada 125min Drame Réalisateur Robert Guédiguian Avec Stéphane Bak, Alice Da Luz, Saabo Balde, Bakary Diombera, Ahmed Dramé

Le contexte historique sert Guédiguian. En 1962, le nouveau président Modibo Keïta instaure des politiques qui créent des tensions avec la société marchande, mais aussi avec ceux qui adhèrent aux valeurs occidentales. Dans la polarisation de ce Mali naissant, le cinéaste rappelle que tout est une question de choix. À ses yeux, et à sa manière de conclure son 22e film (un saut en 2012), il ne fait pas de doute : le pays a choisi le mauvais côté.  Fils de commerçant, Samba (Stéphane Bak) embrasse la cause socialiste dont s’éprend le Mali nouvellement indépendant. Les portraits de Mao et de Lumumba font partie de l’univers du jeune militant, qui se promène de village en village pour parler du partage de la terre et d’éducation, cite Aimé Césaire et se bat pour l’égalité des femmes.

L’histoire d’amour qui l’unit à Lara (Alice Da Luz), en fuite d’un mariage selon la tradition bambara, enrichit un récit certes cousu de fil blanc, mais haletant. Et il y a le twist : dans ce Bamako porté par l’espoir d’une nouvelle ère, la jeunesse se déhanche et se défoule au rythme des musiques à la mode, peu importe si elles viennent d’Occident. A voir



mardi 26 juillet 2022

El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes T. Tibuleac

Aquella mañana en que la odiaba más que nunca, mi madre cumplió treinta y nueve años. Era bajita y gorda, tonta y fea. Era la madre más inútil que haya existido jamás. Yo la miraba desde la ventana mientras ella esperaba junto a la puerta de la escuela como una pordiosera. La habría matado con medio pensamiento. Junto a mí, silenciosos y asustados, desfilaban los padres. Un triste hatajo de perlas falsas y corbatas baratas, venido a recoger a sus hijos defectuosos, escondidos de los ojos de la gente. Al menos ellos se habían tomado la molestia de subir. A mi madre yo le importaba un pimiento, al igual que el hecho de que hubiera conseguido terminar unos estudios.  

"Es cierto que las primeras páginas son muy duras. Era una manera de poner al lector a prueba, de ver si supera el shock de ese inicio. Sin embargo, intuyo que es mi estilo, a pesar de que en mi segunda novela he tratado de explorar otra manera de escribir. Siempre persigo que las imágenes que describo provoquen una reacción emocional y es cierto que en mis libros la escritura fácil es muy difícil de encontrar. Pero no veo en ellos sólo crueldad, oscuridad y violencia, hay también luz, paz y lirismo, oasis en forma de versos para que el lector descanse de esas escenas tan duras." Tatiana Tibuleac

mardi 19 juillet 2022

Más allá de mi reino Y. Gyasi

Cada vez que pienso en mi madre, imagino una gran cama de matrimonio y a ella tendida encima, mientras una perfecta quietud va llenando la habitación. Durante meses, mi madre colonizó esa cama como un virus, la primera vez cuando yo era una niña, y más tarde, cuando ya había acabado la carrera. La primera vez me mandó a Ghana para que esperarara allí a que se recuperase; allí estaba el día en que iba caminandocon mi tía por el mercado de Kejetia, ella me agarró dle brazo y señaló a alguien. -Mira, un loco- me dijo en twi-. Lo ves? Un loco.

Distinguida estudiante de doctorado en Neurociencia de la Universidad de Stanford, Gifty explora la conducta en ratones para esclarecer el funcionamiento de los circuitos neuronales de la adicción y la depresión, dos enfermedades que han causado estragos entre sus seres más queridos. Por un lado, su hermano Nana, joven promesa del baloncesto, fallecido en plena adolescencia a causa de una sobredosis de heroína, y por otro su madre, cuidadora de ancianos, abandonada por su marido, que vive en un perenne estado de postración desde la muerte de su hijo. No obstante, pese a su firme empeño en descubrir la base científica que anida en el sufrimiento familiar, Gifty se topa una y otra vez con la fe religiosa y los valores de la iglesia evangélica que marcaron su infancia, un mundo cuya promesa de salvación sigue siendo tan tentadora como  inalcanzable.

mercredi 13 juillet 2022

Nadie lo ha oído M.Jungstedt

Por primera vez ne toda la semana clareó el cielo. Los mortecinos rayos del sol de noviembre se abrieron paso entre las nubes y los espectadores del hipódromo de Visby volvieron sus rostros anhelantes hacia la luz solar. Era el último día de competición  de la temporada y en el aire flotaba el optimismo, mezclado con algún viso de nostalgia. Un público atérido, pero entusiasta, se había concentrado en las gradas. Bebían cerveza o café caliente en tazas de plastico, comían perritos calientes y hacían sus anotaciones en el programa de las carreras.

Mari Jungstedt consigue, con su segunda novela, una obra entretenida en la que enriquece la historia combinando muy bien los aspectos personales de sus personajes; continuando, incluso, algunas de las situaciones de su primera novela. No es que sea una obra maestra, pero es correcta y entretenida.

lundi 11 juillet 2022

Nadie lo ha visto M. Jungstedt

 La tarde discurría mejor de lo que había esperado. Cierto que había estado un poco nerviosa antes, puesto que hacía tiempo que no se reunían todos. Pero ahora su inquietud había desaparecido. Tras una copa de bienvenida especialmente fuerte, vino blanco con el primer plato, varias copas de vino tinto con el segundo y un oporto con el postre, el ambiente alrededor de la mesa estaba muy animado. Kristian contó otro chiste sobre su jefe y las carcajadas resonaron en las paredes de piedra caliza de la casa. 

El inspector Knutas tiene que investigar con ayuda de su colega Karin Jacobsson y de su equipo de colaboradores el asesinato de varias mujeres que han aparecido salvajemente asesinadas y con unas bragas introducidas en la boca en diversos parajes de la Isla de Gotland. Al parecer, el homicida utilizó además un hacha para eliminarlas. Knutas no cree hallarse ante un asesino en serie sino con alguien que las mató intencionadamente y a conciencia, pero ninguna de las tres chicas parece tener nada en común. Engancha.


jeudi 7 juillet 2022

Timandra T.Kallifatides

Estaba acostado junto a mí. desnudo. El resplandor de la lumbre en el hogar se reflejaba en su frente y confería a sus gotas de sudor un brillo de piedras preciosas. En ese preciso momento se oyeron unos pasos. Quedé petrificada. El respiraba profunda, serenamente. - Alguien viene- dije. -Que venga quien quiera- me respondió, hace veinticinco años que los estoy esperando. Segiró sobre el lado derecho. Un instante después ya estaba dormido. Dormía siempre del lado derecho. 

Timandra es una de las figuras femeninas más fascinantes de la antigüedad griega. Mujer de una belleza excepcional, supo congregar en su casa a las mejores mentes de su tiempo, desde Sócrates a Eurípides. Pero sobre todo trascendió por, como dicen las fuentes históricas, ser "el éter espléndido que convivió con el héroe Alcibíades y recogió sus cenizas". En esta novela Timandra 
nos cuenta en primera persona su vida y la Atenas de su tiempo, en plena Guerra del Peloponeso contra Esparta. Figuras, lugares, tiempos, la Atenas del Ágora y puertos, gimnasios y campos de batalla: todo es real. Pero Timandra es mucho más que una novela histórica. El centro de gravedad es el amor: explorado, debatido, codificado -como era costumbre entre los griegos de la época-, aceptado siempre como regalo y condena, entre risas y lágrimas, en un simposio, un rito misterioso, a un minuto de la muerte.

dimanche 3 juillet 2022

Lo pasado no es un sueño T. Kallifatides


Tenía ocho años cuando mi abuelo me tomó d ela mano y no la soltó hasta que encontramos a mis padres en Atenas. Quién sabe qué podría haber pasado si me hubiera quedado en el pueblo.

Era 1946: Principios de la primavera de 1946. Los almendros florecían uno al lado del otro y el campo estaba en su esplendor. Antes que todos los demás árboles, mientras el viento del norte aún siega como una hoz, "florece el enloquecido almendro", como dice la canción, y brotan delicadas florecitas blancas con un aroma dulce y sútil, que recuerda el sabor de la almendra. 

Con su característica sencillez y humanidad, nos narra su vida desde que abandona su pueblo natal hasta que retorna a él para recibir el homenaje de sus vecinos convertido ya en un escritor consagrado. Así descubrimos la infancia y la adolescencia en la Atenas gobernada por regímenes autoritarios, el nacimiento de la conciencia política y de clase, el descubrimiento de la sexualidad y el amor, el exilio a Suecia, la sorprendente capacidad para rehacer allí su vida laboral y formar una familia, y su trayectoria como escritor en la lengua de acogida, el sueco. Kallifatides nos brinda otro libro magistral, para deleite de los que ya conocen su obra y de los que todavía tienen la suerte de poder descubrirla.


Alberto García–Alix. Fantasías en el Prado.

 “Cada cuadro es un mundo. Y como tal, lo he tomado para inventar y construir uno nuevo”, admite el fotógrafo. Con su mirada, su imaginación, la superposición de imágenes, el enfoque, el desenfoque, una pequeña linterna y el movimiento vibratorio de su cámara como únicas herramientas, Alberto García-Alix ha repintado algunas de las obras maestras del Prado, creando fantasmagorías, otorgando misterio, tensión y movimiento a la pintura, y dotando de carne y respiración a las esculturas.

 Sobre el proceso creativo de la serie Fantasías en el Prado, García-Alix dice haber mirado en comunicación con la historia, la política y el arte: “me he apropiado de tiempo, luz y pinceladas. He tomado las de sus autores. Las de Goya para repintar su perro semienterrado, las de Velázquez para rehacer Las Meninas, he velado a la Gioconda bajo una mancha terrorista de pintura blanca, me he adueñado del frenesí de Rubens para conseguir plasmar lo que él no se atrevió a pintar en su época, y me he autorretratado con máscara de fiera con ayuda de Rosa Bonheur… Nada es valorable, ni comparable con la emoción que he sentido trabajando con los cuadros”.

Alex Katz

 

“A medida que me hago mayor, dedico más y más tiempo a pintar”. “Me levanto todos los días a las 7 y media. Y pinto todos los días. Unas veces 20 minutos, y otras veces todo el día. Si trabajas demasiado, tampoco funciona. Cuando no haces nada, cuando estás haciendo nada, es cuando te vienen las mejores ideas, ideas maravillosas. Hay que aprovechar la nada”. “Quiero encontrar la verdad, que mis cuadros tengan sentido”. “Sigo buscando cosas distintas. Por ejemplo, los paisajes a gran escala. Ahora, estoy con cuadros enormes de hierba y de agua”. Alex Katz

 ¿Cómo le llega la inspiración? “A veces en un solo gesto de una persona, o en la iluminación que cae sobre una mesa. Es algo inesperado. No sabes cuándo llega”.
¿Cómo le ha impactado la pandemia? “Lo que ha provocado la pandemia es aislar a la gente aún más. Eso es lo que yo he visto. Pero el mundo sigue en marcha. Y el arte representa la energía de la cultura. En 70 años, nada me ha interrumpido, ni la guerra, ni la pandemia, ni los Gobiernos norteamericanos, a los que parece no interesarles nada el arte”.