samedi 19 juillet 2014

La casa de la mezquita Abdolah Kader


Alef Lam Mim. Había una vez una casa muy antigua llamada “la casa de la mezquita”.

Era grande, de treinta y cinco habitaciones, y durante siglos habían vivido en ella familias emparentadas al servicio de la mezquita.
Todas las estancias poseían una función y un nombre correspondiente, como el cuarto de la cúpula, el cuarto de fumar, el cuarto de las historias, el cuarto de las alfombras, el cuarto de  los enfermos, el cuarto de las abuelas, la biblioteca y el cuarto del grajo.
Se había construido detrás de la mezquita, adosada a ésta. En un extremo del patio, una escalera de piedra conducía a la azotea, desde la que se accedía al templo. Y en medio del patio se hallaba el houz, la alberca hexagonal para las abluciones antes de la oración.
Por aquel entonces la casa estaba habitada por las familias de tres primos: AgaYan, el vendedor de alfombras, responsable del viejo zoco de la ciudad; Alseberi, el imán de la mezquita; y AgaShoya, su muecín.
Escrita en neerlandés, su autor de origen iraní nos narra la historia de un clan que ve tambalear su posición privilegiada cuando la revolución islámica arrasa la tranquila ciudad de Seneyán en la que viven. Muertes, fanatismo en nombre de Alá, guerras, desapariciones, dolor. Tras la tormenta vuelve la paz y el sentido común.

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