Otra vida por vivir T.Kallifatides
Narración aparentemente errática va centrándose en algunos conflictos importantes, el autor tiene una perspectiva privilegiada al contemplar cómo Suecia cerró la frontera a los refugiados griegos, o al ver cómo la UE exigía a Grecia la devolución del dinero de los rescates, sumergidos en su peor crisis económica. Las apostillas que Kallifatides hace a lo que significa ser griego y, por ende, a lo que significa ser europeo son irrebatibles. Todo ello le lleva también a detenerse en la libertad de expresión. En unos tiempos en que “libertad” parece definirse, ante todo, como el derecho a ofender a los demás, y en años en que es “tendencia” defender apasionadamente la libertad de expresión pero sólo a condición de que expreses lo que ellos expresan o expresarían… Kallifatides media como los viejos clásicos de su país: “Si queremos entendernos unos a otros, ante todo debemos aceptar que el otro existe y que es probable que crea en cosas distintas de las que creemos nosotros. En una relación de igualdad no hay sino derechos recíprocos y obligaciones recíprocas. Respétame para que te respete, escúchame para que te escuche. […] Una cultura no puede ser juzgada sólo por las libertades que se toma, también se juzga por las que no se toma. Hay cosas que no se prohíben, pero eso no significa que se permitan”.
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