Dirección: Lee Isaac Chung
Reparto: Steven Yeun, Han Ye-ri, Youn Yuh-jung, Alan S. Kim, Noel Cho, Will Patton
Título original: Minari
País: Estados Unidos
Año: 2020
Fecha de estreno: 12-3-2021
Género: Drama
Guion: Lee Isaac Chung
Fotografía: Lachlan Milne
Sinopsis:
la historia de una familia coreana que, a mediados de los 80, busca un
mejor porvenir en una zona rural de Arkansas en la que abren una granja
para lograr alcanzar el sueño americano.
Lo que cuenta Chung en Minari. Historia de mi familia
está basado en su propia experiencia. Él es ese niño pequeño,
David, que llega a un terreno de Arkansas donde su padre sueña con
convertirse en agricultor en los años ochenta. Sus progenitores
emigraron de Corea del Sur buscando el sueño americano y lo único que
encontraron fue un trabajo en un criadero de pollos donde debían
separar a las hembras de los machos, descartados estos últimos por no
ser de utilidad. El patriarca de la familia, Jacob (Steven Yeun) se siente igual que esos pollos machos.
No ha conseguido alcanzar una estabilidad económica para los suyos y
la sombra del fracaso lo persigue hasta casi convertirse en una
maldición.
Se inserta dentro de la tradición de películas sobre los choques
estructurales que se generan en las comunidades migrantes, que nos lleva
desde la ópera prima de Ang Lee,
Manos que empujan (1991) a la reciente
The Farewell (2019), de Lulu Wang. En todas ellas resulta de vital importancia la figura del abuelo/a que conecta
directamente con las raíces que poco a poco parecen ir desapareciendo a
medida que el núcleo familiar se integra en la nueva cultura.
Aquí, encontramos a Soonja (Youn Yuh-jung), que, a pesar de su
delicada salud, viajará para ayudar a su hija en esa utopía rural que
no termina de ver clara. Será ella la encargada de unir tradiciones, de
conectar al pequeño David con todo un imaginario que tiene que ver con
la sabiduría ancestral y la naturaleza para fortalecer el cuerpo y el
espíritu.
En realidad, Minari. Historia de mi familia
trata sobre la fe. Sobre la sombra de la religión como elemento
asfixiante del que resulta imposible escapar, pero, sobre todo, sobre la
confianza en uno mismo. Por supuesto, también habla de la identidad, de la pertenencia o no a un espacio determinado,
algo que representa la planta que da nombre a la película, capaz de
crecer en cualquier lugar y dar de comer a ricos y a pobres. Lee Isaac
Chung adopta un estilo sereno y manso. En ocasiones parece tentado a
abusar de tics indies, pero pronto asienta su mirada para fijarse en la
pintura de escenarios y personajes de una manera muy bella y delicada.