jeudi 17 août 2017

La España vacía S.del Molino


Cuando la policía le contó que podía ser un ataque terrorista, el canónigo respiró. Quizá no pronunciaron la palabra terrorista. Motivación política, más bien. Creían que el ataque era parte de una campaña, aunque no habían detenido a nadie y no había sospechosos. Si no se atrevían a usar el término terrorista era porque había un terrorismo de verdad en Irlanda. Aquello parecía otra cosa. Al canónigo le pareció también otra cosa. Creyó que tenía que ver con gente del pueblo y temió que fuese el principio de una espiral de violencia, pero la policía le tranquilizó. No le habían atacado a él, ni siquiera su casa. Habían atacado lo que representaba. El canónigo era inglés y la casa que le habían quemado era su residencia de verano, un cottage aislado en la península de Llyn.
Este libro publicado en 2016 gozó de gran éxito entre los críticos reputados de la capital, alabanzas algo exageradas, me parece hoy.  Sergio del Molino realiza un ensayo literario sobre la premisa de las dos Españas, la urbana, poblada, europea y la interior despoblada y tradicional. Alejadas la una de la otra se ignoran. Hay algunas conclusiones y argumentos poco científicos, el libro se alarga innecesariamente en descripciones del Quijote intentando llevar el agua a su molino.
Repasa la vida y obra de Azorín, Llamazares, Unamuno, Buñuel, Machado, grandes viajeros que dejaron testimonio de sus andanzas. También recuerda a los viajeros europeos del Romanticismo y su visión de esa España interior. Y como no, se ocupa mucho de las Hurdes, esa región olvidada y utilizada por los diferentes gobiernos. Reconoce que la España interior nunca estuvo muy poblada y que aquel cuento de que hubo épocas en las que una ardilla o un  mono podían cruzar la península de norte a sur y de este a oeste saltando de árbol en árbol, es sólo eso, un cuento.
Hay una buena labor de búsqueda, con numerosas notas explicativas y un completo índice de nombres propios al final del libro.

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