mardi 22 août 2017

Helena o el mar de verano J.Ayesta



     El dulce de guinda brillaba rojísimo entre las avispas amarillas y negras y el viento removía las ramas de los robles y las manchas de los robles y las manchas del sol corrían sobre el musgo, sobre la hierba suave y húmeda y sobre la cara de los invitados y de las Mujeres y de los Hombres, que estaban fumando y riéndose todos a un tiempo. Y brillaban también las copas azules para el Marie Brizard  y los cubiertos de postre.

Breves relatos del paso de la infancia a la adolescencia de un chaval de la clase media asturiana, enamorado de su prima Helena. El peso del pecado y la culpa por el despertar de los sentidos. Todo ello en un año, de verano a verano. Triste.

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