Los dos hidalgos de Verona W. Shakespeare
Los dos hidalgos de Verona es una de las primeras comedias en las que afina las tensiones entre amistad y amor, tensiones que ocupaban un espacio no menor en la literatura de fines del Renacimiento. La amistad entendida como una forma de amor sin sexo estaba siendo tratada desde muchas perspectivas y enaltecida como una forma de alto compromiso sentimental opuesta a las relaciones amorosas. Escrita poco tiempo antes que Romeo y Julieta, comparte con ésta numerosos puntos de vista y de tensión dramática. Encontramos también en ella una de las creaciones más emblemáticas del personaje del criado cómico, que va a generar un modelo que alimentará posteriormente tanto el teatro del Bardo como el de sus seguidores.
La obra no está exenta de comicidad ni el montaje de planificación semiótica que ampare el minimalismo. En cuanto a la comicidad, a pesar de la severidad de los temas se registran a través de la actividad del criado Lanza con su perro Crob y por la determinación del director al dar entrada o el juego en el gesto de los actores con situaciones como la inclusión de elementos propios del siglo XX y como es el hecho de que algunos personajes realicen footing o se realice un gag musical con la figura de Silvia. Por su parte, lo semiótico se abre paso en la representación a través de la iluminación por el uso de una luz cálida como recurso de confidencialidad del soliloquio, por la presencia del ausente cuando se hace referencia a él, por la proyección del bosque por los colores de las corbatas de Proteo y Valentín en relación con el color de los vestidos de Julia y Silvia y las pretensiones de los aspirantes al amor, como ocurre con Proteo. Divertida.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire