mardi 21 mars 2023

Madera de eucalipto quemada E. Domingo

Un relato sobre los orígenes y las identidades

Salimos de Dansha hacia Wereta en un autobús lleno hasta los topes donde hacía mucho calor y apestaba a sudor. El aire era denso, costaba respirar. La carretera de tierra seca era estrecha y cada vez que nos cruzábamos con otro vehículo parecía que nos íbamos a salir de ella. Había muchos baches y el conductor se veía obligado a frenar constantemente para esquivarlos y evitar volcar. El autobús se movía como un barco en medio del océano durante una tormenta. Yo iba sentada al lado de la ventana, con mi hermano pequeño en el regazo; tenía siete años y él tres, pero no me pesaba nada. Mikaele tenía mucha fiebre y estaba tan débil que ya ni lloraba. Aunque si hubiera llorado de sed o de hambre tampoco habría podido darle nada. Ya nos habíamos terminado el dabo y no nos quedaba agua.Viajábamos sin equipaje, solo con un puñado de birrs, todo lo que teníamos lo llevábamos puesto Aunque el cristal estaba bastante sucio, podía ir mirando el paisaje plano que íbamos dejando atrás. 

Adoptada por una familia acomodada catalana cuando tenía siete años, Ennatu consciente de su doble identidad lucha por mantener el contacto con sus orígenes a pesar de no tener ya lazos familiares en Etiopía. Tras estudiar en Canterbury, Bruselas se especializa en resolución de conflictos. Toca temas como las identidades, el feminismo, el racismo, la pobreza y la falta de oportunidades para acceder a la educación que tanto dolor produce. En adopciones como la suya, hasta qué punto la vuelta hacía la cultura de origen puede ser una necesidad y hasta qué punto una oportunidad?

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