Autobiografía J.L. Peixoto
Saramago escribió la última frase de la novela. Su mirada penetrante se introdujo en cada una de aquellas palabras, maestro de obras, las examinó por dentro como si fueran casas; ¿se puede vivir aquí?, preguntó en el silencio de su interior, del interior de él y de las casas, recibiendo tan solo la respuesta del eco, evidencia optimista de un lugar creado, espacio viable, hábitat. Después, en la vía que formaba aquella frase, paseó frente a las palabras, calle de fachadas dignas y sólidas, midió el espacio entre cada una, comparó las tonalidades del color que presentaban, reflejos de un sol que brillaba en el centro de la novela.
Texto donde se diluyen las fronteras entre realidad y
ficción en un juego de espejos que enfrenta a José Saramago y
el propio autor, para conformar una profunda reflexión sobre la escritura, la inspiración y las adversidades propias de la vida creativa. En la Lisboa de finales de los noventa, el camino de un joven
escritor en plena crisis creativa -tal vez el propio Peixoto cuando
comenzaba- se cruza con el de un gran escritor: Saramago. De esa
relación nace esta historia. Parece que el desenlace es sorprendente, no pasé de la pág 106.
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