mercredi 6 avril 2022

Arte americano en la colección Thyssen

Selección de 140 obras, pertenecientes a la colección permanente, la colección Carmen Thyssen y préstamos de la familia Thyssen. Dividida en cuatro secciones trata de reinstalar la colección atendiendo no a una visión cronológica y estilística sino de manera temática y transversal. “La colección llevaba 25 años muy estática y a lo mejor ha llegado el momento de revolverla un poco”, afirma Alarcó. “Hemos querido mostrar lo que creemos que es interesante y continuo en el arte americano así que hemos elegido tres temas básicos, los tres que mejor definen el arte de Estados Unidos: la naturaleza, el cruce de culturas y la cultura material”. En todos estos temas se ve una continuidad, un espíritu común que atraviesa el siglo XIX y el XX aunque hay determinados aspectos que están ya presentes en el siglo XVIII.

El recorrido arranca con una sección dedicada al paisaje, tema central en la pintura del país y “germen de la creación de la nación americana”, comenta Alarcó. En este apartado subyace la idea de lo sublime en obras de artistas como Thomas Cole, Frederic Church o Georges Inn que cuelgan junto a un Rothko y muestran cómo la naturaleza se convirtió en fuente de espiritualidad. Las primeras salas también dejan patente que algunas ideas, como la alegoría de la cruz, forman parte de las pinturas de Ossorio o De Kooning mientras que Georgia O’Keeffe recuperó la idea del pasado místico del paisaje. “Cada vez que se mueven las obras del museo se plantean nuevos interrogantes y se descubren nuevas obras”, añade Alarcó.


La exposición no se olvida de representar cómo se forja una cultura de culturas en la que comunidades diversas interactuaban desde la alianza hasta el conflicto. Algunas obras nos presentan a comunidades de esclavos, asiáticos y afroamericanos pero también a la clase obrera. Aquí se reúnen algunos grabados de poblaciones indígenas de Karl Bodmer, retratos de colonos que posaron para John Singleton Copley o a la alta sociedad de John Singer Sargent. El recorrido continúa por una sección que se convierte en el retrato de una cultura norteamericana moderna y urbana. En ella abundan los retratos psicológicos íntimos y un paisaje urbano en el que la vida se automatiza, el arte se fascina con el progreso y el ocio urbano busca la creación de parques para huir del ruido y la contaminación al tiempo que celebra el cruce de culturas a ritmo de jazz.

 

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