Aquitania E. Gª Sáenz de Urturi
Burdeos, 1137
"Jamás renunciarán a subestimarte. Encárgate de que paguen por ello."
Esas fueron las últimas palabras que padre me dirigió antes de partir, oculto bajo su capa de peregrino. Ahora emisarios de mirada gacha afirmaban que había muerto frente al altar mayor de la catedral de Compostela, el mismo Viernes Santo, envenenado al beber de un pozo en mal estado. Como si el agua pudiera acabar con el gigante que fue. Como si no llevara siempre encima su piedra de carbón para absorber cualquier veneno, caminante curido en mil batallas y calamidades.
Nada
más empezar a leer, se siente una descolocada por lo extraño del tono y
estilo de la narración, un tanto confusa y centrada en situaciones escabrosas. Después,
la sensación de extrañeza se hace mayor, dado que la historia, contada
por varios personajes alternos en primera persona o tercera, según
conviene, no encaja mucho en la visión que tenemos del personaje de
Leonor de Aquitania ni tampoco con la forma de pensar y actuar de la
época. Un premio Planeta más, comercial y sin demasiada calidad literaria.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire