Fin de temporada I. Mártinez de Pisón
Habían quedado en la antigua harinera. En la parte de atrás, junto a la vía muerta. Rosa cruzó el descampado de la calle de la estación y se asomó con cautela. Al otro lado del muro estaba el coche, medio cubierto por un emparrado. No era el de siempre, el Seat 131 del padre de Juan, que algún domingo ella misma se había atrevido a conducir por las calles del polígono. Pera el coche. Juan agitó la mano fuera de la ventanilla y Rosa le esperó bajo el arco de ladrillo. El chico salió del vehículo, la besó en la cara y le cogió la bolsa. Mientras la dejaba en el asiento de atrás, comentó: - ¿Es todo? -Dijiste que cuanto menos, mejor. ¿Y este coche? - De mi primo Alberto. -Ya. Qué por qué no el de tu padre. - Qué más da.- Se encogió de hombros-. Entra. El Ford Fiesta rodeó el edificio, salió a la calle de la estación y se detuvo en el primer ceda el paso. Antes de arrancar, Juan sacó de la guantera unas gafas de sol y se las puso. A esas horas de la mañana, el tráfico era escaso. Cuando las últimas casas quedaron atrás, intercambiaron una sonrisa.
Fin de temporada es una novela sobre Rosa que tras un accidente de carretera embarazada y huyendo de la familia, emprende una nueva vida. La relación con su hijo Ivan es intensa y armoniosa hasta que muere el abuelo de Iván y la curiosidad por conocer a sus familiares crea un hoyo difícil de rellenar entre madre e hijo. Y en medio está Mabel que vive con ellos en el cámping, ellos tres forman una familia que se desquebraja.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire