Cara de pan S. Mesa
La primera vez la coge tan desprevenida que se sobresalta al verlo.
La niña está apoyada en el tronco del árbol, leyendo una revista,
cuando oye sus pasos acercándose, el chasquido de las hojas secas al
quebrarse, y después lo ve, de pie delante de ella, quizá un poco
turbado pero no sorprendido por encontrarla allí, oculta tras los
setos. El viejo pide perdón -¡no quise asustarte! dice- y después
le pregunta qué está leyendo, pero entre una cosa y otra- entre la
disculpa y la pregunta- a la niña le da tiempo a reaccionar.
Una obra que con solo dos personajes y un escenario, un rincón de parque que el lector se imagina de 2 metros cuadrados. Un encuentro y una amistad imposible entre una adolescente que sufre en el instituto y lo abandona para ir al parque y un hombre de 54 años, amante d elos pájaros y de Nina Simone. Dos soledades se reconocen y se confían, hasta que un diario hace saltar todas las alarmas. Cosas normales que dan miedo, sin razón aparente. Escritora a seguir.
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