mercredi 1 janvier 2020

El problema de los tres cuerpos. C. Liu

Los años de la locura
Pekín, año 1967

El Cuartel General de la Brigada del 28 de Abril llevaba dos días siendo asediado por parte de la Liga Roja. Sus banderas se arremolinaban en torno al edificio, retorciéndose como llamas que ansían la leña.
El comandante de la Liga Roja sentía una gran desazón. Lo que le preocupaba no eran los defensores del edificio; aquellos poco más de doscientos guardias rojos de la Brigada del 28 de Abril eran meros principiantes comparados con los suyos: los guardias rojos de la Liga, formada en 1966 al inicio de la Gran Revolución Cultural Proletaria, llevaban a sus espaldas múltiples y tumultuosas marchas revolucionarias a lo largo y ancho del país, e incluso habían asistido a las grandes concentraciones de Tiananmen para ver y escuchar en persona al presidente Mao.
El motivo de su desasosiego era la docena de estufas de hierro que había en el edificio, todas ellas repletas de explosivos y conectadas entre sí por detonadores eléctricos. No podía verlas, pero sentía su magnética presencia. Accionando un solo botón, todos, revolucionarios y contrarrevolucionarios por igual, saltarían por los aires ardiendo en llamas. Los jóvenes miembros de la Brigada del 28 de Abril eran capaces de tal osadía y más. A diferencia de los hombres y mujeres de la primera generación de guardias rojos, templados por mil y una batallas, aquella nueva hornada de rebeldes resultaba tan descontroladamente enajenada como una manada de lobos sobre carbón ardiente.
Cixin Liu comienza llevándonos a uno de los episodios más revueltos de la historia reciente de China: la Revolución Cultural. En este contexto de “limpieza ideológica” dentro del régimen comunista, Ye Wenjie presencia la tortura y muerte de su padre, profesor de física, y el reclutamiento de esta joven científica para un proyecto muy ambicioso: Costa Roja.
Décadas más tarde Wang Miao, especialista en nanomateriales, es contactado por las autoridades como parte de una investigación de una sociedad emergente llamada Fronteras de la Ciencia, que podría estar implicada en el suicidio de varios científicos. Tirando del hilo Wang conoce a Ye Wenjie y un misterioso videojuego llamado Tres Cuerpos, que presenta un mundo cuyo desarrollo está sujeto al problema de la física del que toma nombre.

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