vendredi 6 décembre 2019

Lujo de los asirios a Alejandro Magno

La exposición presenta un total de 217 piezas de las destacadas colecciones que atesora el British Museum. Los objetos van desde delicadas piezas de marfil y joyas, pasando por ornamentos de mobiliario, vidrios, cerámica y metales preciosos, hasta relieves asirios de gran tamaño. Entre los objetos, destacan los relieves de pared del famoso palacio de Nínive así como las exquisitas piezas y miniaturas procedentes del tesoro del Oxus, el tesoro mejor conocido de objetos de oro y plata de la antigua Persia, y de extraordinaria importancia por la calidad de sus piezas.
 
Entre los años 900 y 300 a. C. los poderosos gobernantes de Oriente Medio crearon grandes imperios y acumularon enormes riquezas. Construyeron suntuosos palacios y jardines llenos de inmensas cantidades de tesoros. Desde la aparición del Imperio asirio hasta las conquistas de Alejandro Magno, este fue un mundo conectado a través de miles de kilómetros, desde la India hasta la actual España, por medio de artesanos, comerciantes y consumidores de objetos preciosos. La estabilidad política y económica fue crucial para la producción de artículos de lujo: los reyes asirios guerrearon por construir un imperio que abarcaba desde el Mediterráneo o hasta el golfo Pérsico. Su dominio reavivó las rutas comerciales y la demanda de artículos de lujo, así como más tarde sucedió con otros imperios fuertes, como el babilónico y el aqueménida.
Alejandro Magno fue una pieza clave en esta historia: ávido de las riquezas del Imperio aqueménida, fue conquistando tierras hasta que llegó a Oriente Medio. Su triunfo aportó prosperidad y refinamiento a Grecia, y dio lugar a una mezcla ecléctica de elementos culturales: la helenización.
Los objetos de esta exposición, dividida en siete ámbitos, no solo tienen un gran valor artesanal sino que también fueron realizados con exquisito gusto y gran refinamiento. Asimismo permiten percibir el contexto político en el que fueron creados y las redes donde se comerciaba, unas redes que se extendían desde la India hasta la península Ibérica.
Para muchos gobernantes, la adquisición de objetos de lujo era un objetivo militar importante. En concreto, los reyes asirios obtenían grandes cantidades de objetos valiosos y lujosos a través de saqueos y de exigentes tributos. La exhibición del lujo y la riqueza conseguidos reforzaba el poder político e intimidaba a los enemigos. El equipamiento militar también se embellecía para convertirlo en objeto de lujo.
Los encargados de cubrir la demanda de artículos de lujo por parte de la élite gobernante fueron artesanos y comerciantes fenicios que hicieron de intermediarios. La costa levantina era el feudo de los fenicios, pero expandieron sus colonias y asentamientos por todo el Mediterráneo y por el norte de África. Su estilo artístico reflejaba las conexiones y el comercio con Grecia, Egipto y Oriente Próximo.
La demanda de artículos de lujo se extendió a todos los niveles de la sociedad, por lo que se produjeron copias y versiones más baratas de este tipo de objetos. La imitación, la adaptación y la creación de nuevos objetos inspirados en los originales fueron la respuesta de la élite a los nuevos contactos entre diferentes zonas, lo que generó nuevas formas de lujo.
La élite compartía el gusto por la ostentación sensorial y los entornos lujosos (incluidos los jardines), acompañados de aromas exóticos y bellos sonidos. También le gustaban los buenos manjares, y la corte aqueménida era conocida por sus lujosas cenas.
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