vendredi 20 avril 2018

El cuento de la criada M.Atwood

Dormíamos en lo que , en otros tiempos, había sido el gimnasio. El suelo, de madera barnizada, tenía pintadas líneas y círculos correspondientes a diferentes deportes. Los aros de baloncesto todavía existían, pero las redes habían desaparecido. La sala estaba rodeada por una galeria destinada al público, y me pareción percibir, como en un vago espejismos residual, el olor acre del sudor mezclado con ese toque dulce de la goma de mascar y el perfume de las chicas que se encontraban entre el público, vestidas con faldas de fieltro-así las había visto yo en las fotos-, más tarde con minifaldas, luego con pantalones, finalmente con un solo pendiente y peinadas con crestas de rayas verdes.
La historia de El cuento de la criada se centra en una espeluznante distopía en la que se narra, a través de una voz femenina en primera persona, un futuro en el que, tras unas guerras con armas nucleares, los Estados Unidos se han transformado en la república de Gilead, una suerte de teocracia basada en el puritanismo y en la interpretación extrema del Antiguo Testamento en el que la sociedad se estructura y organiza de manera patriarcal y arcaica.
Las distopias están de moda, esta debe mucho a 1984, es muy cinematográfica en la descripción del mundo que rodea a Defred, no es de extrañar que la hayan convertido en serie y esté teniendo tanto éxito. Dicen que es una novela feminista, no entiendo muy bien porqué, padecen más que se rebelan.
Los Comandantes y las Esposas parecen llevar una vida insulsa y aburrida; curioso haber escogido el rojo para vestir a las Criadas, El rojo simboliza el poder, la acción, color al que se asocia con la vitalidad, la ambición y la pasión, de todo ello carecen las Criadas.

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