Sorolla en Pais

Estructurada en cuatro grandes secciones, la exposición arranca con una serie de pinturas realizadas para concursar: Cosiendo la vela (1896) y Triste herencia (1899). Conseguidos los primeros grandes premios internacionales, al
valenciano empezaron a lloverle los encargos de retratos, capítulo al
que se dedica una gran parte de la exposición. Su elegante esposa,
Clotilde, y sus tres hijos le sirvieron de modelos y de enganche para
que la alta sociedad demandara sus servicios. Con el éxito económico y el reconocimiento social asegurado, Sorolla
se permitió experimentar los temas que de verdad le apasionaban y que
tenían que ver con el mar Mediterráneo junto al que se había criado. La cumbre de este período está representada en
la serie pintada en Jávea, durante el verano de 1905. La muestra concluye con una tanda de pinturas en las que retrata
elegantes paisajes y jardines.
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