vendredi 8 mars 2013

El Café


"Fassbinder convirtió El café de Goldoni en un cóctel molotov", ha explicado José Luis Gómez, director del Teatro de la Abadía.  A su lado estaba Dan Jemmet, el director británico que propone esta versión. En ella,  el materialismo cobra ya una dimensión omnipresente y casi exclusiva en casi todos los personajes. En la obra de Goldoni, el café era un reducto de moralidad frente al exterior. En Fassbinder, esa isla se reducía a un individuo: el criado. Aquí ya todos están corrompidos, han vendido sus almas hace tiempo a un diablo con el signo del dólar (o del euro, qué más da) en la frente. Y el café ha mutado en casino, con sus hileras de máquinas tragaperras engullendo monedas y más monedas.  No me gustó, se hace larga y repetitiva.

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