lundi 1 décembre 2025

L' Étranger F. Ozon

Francia, 2025. Drama 120 min Dirección y guion: François Ozon (adaptación de la novela de Albert Camus). Fotografía: Manu Dacosse (blanco y negro). Música: Fatima Al Qadiri. Reparto: Benjamin Voisin, Rebecca Marder, Pierre Lottin, Denis Lavant, Swann Arlaud. 

El interés de Ozon en la historia de Meursault es, al menos sobre el papel, eminentemente materialista, le atrae la fisicidad liberada de los placeres sencillos, aquellos humildes disfrutes sensoriales de los que gozan en la primera parte de la novela los personajes y que, en su gran mayoría, surgen o se ven exponenciados por el mar y el sol, que en el corpus literario de Camus aparecen siempre, en palabras de Rafael Chirbes, “como regalos piadosos que la naturaleza deja caer sobre los desheredados del Mediterráneo”. 

Para Ozon, lo trascendente de El extranjero es el modo en que la luz entra por las ventanas o se filtra a través de las cortinas para terminar reflejándose en la piel de Benjamin Voisin; o el suave movimiento que trazan las gotas de agua sobre su cuerpo cuando sale del mar; o las posibilidades compositivas que su gestualidad le ofrecen a unas imágenes felizmente expresionistas. La objetivación del cuerpo del protagonista es el producto de la condensación y extrapolación que Ozon hace de los códigos estéticos y morales de los personajes burgueses de sus anteriores películas; la puesta en escena convierte los placeres sencillos de los desheredados en un espectáculo exótico destinado a complacer el impulso vampírico de las miradas de los protagonistas de sus obras pretéritas. De ahí que la limpidez, la contención y la frivolidad de la imagen entren en conflicto con su contenido, y que la película termine convertida en una coreografía de formas vagas y condescendientes, en el sueño, impúdico y frustrado, de Peter Von Kant.


La vida perra de Juanita Narboni A.Vázquez


Cada día me cuesta más trabajo ponerme las medias. Si tuviera ocasión y pudiera ir a Madrid, me compraría un abriguito de entretiempo. Estas cosas, indudablemente, son michelines. ¡Tócate bien, Juani! Michelines...¡Quién te lo iba a decir! Yo que siempre creí que eso era un anuncio. ¡Y pensar que aún no hace diez años yo era una mujer delgada! Delgada, delgadísima. "Patas de alambre" me llamaban las niñas en la escuela. Sobre todo aquella hija de puta de la nieta de madame Naudy. ¡Bien muerta está! Echo de menos los altavoces. Con este levante no creo que aparezca nadie por aquí. ¿ Qué habrá sido de Rina Ketty? Cantaba Sombreros y mantillas de morir. Ése es el hijo de Cecilia. Parece mentira.

La vida perra de Juanita Narboni es un largo monólogo en el que se intercalan extractos de conversaciones de todo quisque con quien se va cruzando la protagonista, así como las impresiones que le suscitan. Juanita vive atormentada, presa de un resentimiento que la consume. En sus pensamientos, Juanita arremete contra todo hijo de vecino, aunque de puertas afuera guarda las apariencias y trata de ser una ciudadana ejemplar. Se debate entre el conservadurismo en que ha sido educada y lo moderno representado en su hermana, ese chocho loco, como la llama no pocas veces, y sólo en el cine parece encontrar un mínimo respiro, cierta liberación. Por momentos la novela se hace pesada, pero no es esa pesadez propia del tedio o del desinterés: es que Juanita Narboni es pesada, es muy pesada. Leído 82/318

dimanche 30 novembre 2025

Tierra de empusas O.Tokarczuk

Tapan la vista fumaradas de vapor de la locomotora que ahora se desplazan por el andén. Hay que mirar por debajo de ellas para verlo todo, hay que dejarse cegar durante un instante por la niebla gris hasta que la vista, tras superar esa prueba, se vuelva aguda, penetrante y omnividente.

Veremos entonces las losas del andén, unos cuadrados ribeteados por tallos de endebles plantitas, un espacio que quiere mantener a toda costa el orden y la simetría. Al poco, aparece en ellas un zapato izquierdo, marrón de piel, no precisamente nuevo, e inmediatamente se le une el otro, el derecho; este parece incluso más castigado: su punta está un poco gastada, en la superficie del cuero se advierten unas pequeñas manchas más claras. Los zapatos permanecen un rato indecisos y, luego, el izquierdo se pone en marcha.

En el verano de 1913, Miecysław Wojnicz, un joven polaco estudiante de ingeniería, llega a Görbersdorf, una pequeña localidad en Baja Silesia, en busca de aire puro y la promesa de una cura para su tuberculosis. Alojado en la pensión para caballeros de Wilhelm Opitz, a la espera de una plaza en el sanatorio, se encuentra con un microcosmos donde la enfermedad no es el único mal que acecha. Entre el crujido de los suelos de madera y el murmullo de las conversaciones nocturnas, Wojnicz se enfrenta a un entorno donde la vida y la muerte conviven con una naturalidad inquietante. Las empusas son criaturas fantásticas del folclore griego antiguo, son demonios femeninos ávidamente seductores, Las fuentes principales donde se mencionan a las empusas son Aristófanes y Filóstrato. Tokarczuk posee un dominio del lenguaje que resulta casi hechizante, especialmente en los primeros capítulos, donde las descripciones alcanzan un nivel de precisión y belleza que no son sencillos de encontrar. Las conversaciones entre los personajes tienen un peso fundamental en la construcción de la novela. No se trata de simple intercambio de información, más bien funcionan como pequeños ensayos encubiertos, donde se confrontan ideas, visiones del mundo y conflictos generacionales. Final sorprende.

Llámame Sinsorga Gómez/Iglesias

2025 España Documental  Dirección: Marta Gómez , Paula Iglesias
Reparto: Andrea Momoitio, Irantzu Varela, Rakel García, Beatriz Silva, Yulia Van Der Bom, Nuria Martínez, Paz Carbajosa, Iratxe Marian, Dorleta Padilla, Yaisa Domínguez 88 min

Irantzu Varela y Andrea Momoitio son dos transgresoras periodistas que deciden transformar un centenario atelier de vestidos de novia en el primer centro cultural feminista de Bilbao, La Sinsorga. Quieren llevar a cabo la obra solo con mujeres y que el proyecto sirva para crear una base de datos de mujeres dentro de un sector tan masculinizado como el de la construcción. Cinco obreras son las encargadas de reconstruir este antiguo símbolo del amor romántico. 
En algunas zonas del País Vasco un sinsorgo o una sinsorga es alguien «insustancial y de poca formalidad», cosa que certifica la mismísima RAE. El centro cultural se aferra a aquello de resignificar los insultos queriendo dar visibilidad y espacio a las mujeres, a las que se considera de poca importancia o irrelevantes. El documental, ya que está, las empodera poniéndoles un taladro en la mano, de manera que cuando digan que ese lugar lo levantaron ellas con el sudor de su frente no será una forma de hablar.
Así que Llámame Sinsorga es muy recomendable para el público feminista militante, que lo va a gozar  y luego para los demás en función de la curiosidad por las condiciones de las mujeres en el mundo de la construcción o cómo funcionan el mundo de la militancia y las cabezas de activistas como Momoito y Varela, que se toman muy en serio la cuestión.

lundi 24 novembre 2025

La cena M.Gómez Pereira

2025 España Comedia 106 min Director Manuel Gómez Pereira Con Mario Casas, Alberto San Juan, Asier Etxeandia, Nora Hernández, Oscar Lasarte, Martín Páez. 

Una adaptación de la obra teatral de José Luis Alonso de Santos que sitúa la acción en un Madrid herido, apenas dos semanas después del fin de la Guerra Civil. El encargo es inverosímil: organizar un banquete para Franco en el Hotel Palace, convertido en hospital de campaña. Esa premisa sostiene una tragicomedia que mezcla con precisión humor, tensión y crítica social, aunque no todos los ingredientes logran la misma consistencia. La puesta en escena es uno de los grandes aciertos del film. La reconstrucción del Madrid de 1939 —vestuario, espacios, iluminación— es un éxito. El elenco funciona como el eje emocional. Mario Casas, en el rol del teniente Medina, y Alberto San Juan, como el gerente del hotel Genaro, sostienen una dinámica cargada de tensión ideológica y atracción reprimida. Casas encuentra un registro contenido, mientras San Juan aporta una naturalidad expresiva que equilibra ironía y vulnerabilidad. La química entre ambos da fuerza a una historia atravesada por la obediencia, el miedo y la supervivencia. 

Donde La cena plantea su mayor desafío es en el tono. La decisión de usar la sátira como herramienta para exponer el miedo y la obediencia durante el franquismo resulta pertinente. Sin embargo, esa apuesta no siempre se mantiene equilibrada: en su búsqueda de un tono accesible, la comedia diluye por momentos la potencia política del relato. Aun así, la película no se limita al retrato histórico. Al abordar la censura, la represión de la sexualidad y la normalización de la violencia, el film dialoga directamente con el presente. La cena funciona como una advertencia sobre los mecanismos del poder y la persistencia de los discursos autoritarios en la sociedad contemporánea. El resultado es estimulante. Gómez Pereira logra una obra que entretiene, provoca y recuerda que la risa puede ser una forma de resistencia. 

dimanche 23 novembre 2025

Picasso y Klee en la colección de Heinz Berggruen

Cincuenta obras maestras de Pablo Picasso y Paul Klee que pertenecieron al marchante y coleccionista alemán Heinz Berggruen y que hoy forman parte del Museum Berggruen de Berlín. .

Es cierto que Picasso y Klee no pueden ser más opuestos. Pertenecían a dos mundos muy diferentes y poseían dos personalidades antitéticas: meridional, terrenal, excesivo y sensual, el primero; nórdico, espiritual, introspectivo e intelectual, el segundo. Ahora bien, también es indudable que compartieron ciertos repertorios temáticos, un mismo espíritu de experimentación, una análoga estrategia reductora y deformadora que los llevó a dislocar formas y cuerpos, tanto por medio de la geometría como por la mutación orgánica, y, además, un similar sarcasmo para utilizar el arte como arma de transgresión. En buena medida, sus dos fórmulas –antagónicas, pero igual de revolucionarias–, que los llevaron a destruir la realidad a través de un lenguaje plástico de enorme radicalidad, transformaron para siempre el modo de mirar y de acercarse al mundo del hombre contemporáneo. 

La exposición se divide en cuatro apartados con los temas y géneros que interesaron a los dos artistas y en los que sus creaciones se entrelazan de maneras sugerentes e inesperadas: Retratos y máscaras; Lugares; Cosas; y, por último, Arlequines y desnudos. En cada sección se incorpora además una selección de obras de la colección Thyssen, algunas de las cuales fueron propiedad de Berggruen en el pasado, que dan pie para abordar la estrecha relación que se estableció entre ellos.