samedi 8 février 2025

El Madrid de Almada Negreiros

Autorretrato en grupo

 El Madrid que recibe a José de Almada Negreiros en 1927 latía a un nuevo ritmo, el de una ciudad en plena transformación que avanzaba hacia la modernidad. Un Madrid conectado por el ferrocarril, el automóvil y el Metro, donde comienzan a aparecer los primeros rascacielos y grandes oficinas, iluminado por la luz eléctrica y animado por cines, teatros y cafés, los nuevos espacios del ocio moderno que se convertirán en lugares de encuentro y creación de la vanguardia madrileña.


Este ambiente animó a Almada a expandir su arte hacia nuevas prácticas. Al conocer a los arquitectos racionalistas del momento, saltó a la tercera dimensión con decoraciones para espacios como la residencia de la Fundación del Amo, el cine Barceló o el cine San Carlos. También exploró la imagen en movimiento con dibujos para linternas mágicas como “La tragedia de Doña Ajada”, y elaboró carteles de películas o ilustraciones para revistas como Blanco y Negro.

Curiosa la historia de la recuperación de los paneles del cine San Carlos, desaparecidos durante la guerra y descubiertos por Ernesto de Sousa cuando consiguió visitar el interior y en el sótano al rascar el yeso se encontró con restos de las pinturas.
En 1994 se presentan por primera vez al público algunos de los paneles ya restaurados en el museo “Museu do Chiado” Lisboa, lástima que alguno de los paneles como el numero cuatro, el beso, se encontrara completamente destruido.



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