Requiem alemán P. Kerr
Era
un día frío y hermoso. De esa clase que se aprecia mejor si tienes
un fuego que avivar y un perro al que acariciar. Yo no tenía ninguna
de las dos cosas, además tampoco había combustible alguno y nunca
me han gustado mucho los perros. Pero gracias al edredón en el que
me había envuelto las piernas, no tenía frío y justo empezaba a
felicitarme por poder trabajar en casa- con la sala haciendo las
veces de despacho- cuando alguien llamó a lo que pasaba por ser la
puerta principal. Solté un taco y me levanté del sofá.
La guerra ha terminado, pero escarbando en las ruinas del esplendor imperial de Viena, el veterano Bernie Gunther hace un descubrimiento histórico, al lado del cual las atrocidades cometidas en el pasado parecen obra de aficionados. En esta tercera parte de la trilogía descubre el vínculo eterno entre poderosos y criminales. No por nada acaba con una nota sobre ciertas investigaciones independientes según las cuales, una vez terminada la guerra, el líder de la Gestapo habría pasado a trabajar como agente secreto para los servicios estadounidenses.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire