Las Marismas A. Indridason
Las palabras estaban
escritas a lápiz en una hoja de papel colocada sobre el cadáver.
Tres palabras, incomprensibles para Erlendur. El cadáver era de un
hombre que debía de rondar los setenta años. Estaba echado sobre su
lado derecho en el suelo, junto a un sofá, en un pequeño salón, y
vestía camisa azul y pantalones de pana de color marrón claro.
Calzaba zapatillas. El cabello gris, que había empezado a escasear,
estaba manchado co la sangre de una aparatosa herida en el cráneo.
En el suelo, cerca del cadáver, había un cenicero grande de
cristal, cuadrado y con aristas afiladas. También estaba manchado de
sangre. La mesa de centro estaba volcada.
Durante la primera mitad, me pareció un libro entretenido y poco más. La trama parece floja, hay giros muy forzados y la información surge de repente sin tener mucho sentido. Sin embargo, durante la segunda mitad empieza a ser más interesante, especialmente por acercar al lector a cuestiones reales que suceden en Islandia. Recibió en el año 2002 el premio La Llave de Cristal a la mejor novela policíaca nórdica.
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