vendredi 6 janvier 2023

Coppél-iA LES BALLETS DE MONTE-CARLO / Jean-Christophe Maillot

Duración: 1h 42’ (con intermedio de 20’ incluido)  Ballet en 2 actos Coreografía: Jean-Christophe Maillot
Música original y arreglos de la obra de Léo Delibes: Bertrand Maillot Escenografía y vestuario: Aimée Moreni Iluminación: Samuel Thery y Jean-Christophe Maillot Dramaturgia: Jean-Christophe Maillot y Geoffroy Staquet.

Reparto:   Coppél-i.A.: Ksenia ABBAZOVA  Coppélius: Jaeyong AN Swanilda: Alessandra TOGNOLONI Frantz: Francesco MARIOTTINI La madre de Swanilda: Ekaterina PETINA  Lennart, confidente de Swanilda: Lennart RADTKE  Los amigos de Swanilda: Elena MARZANO, Ashley KRAUHAUS, Lydia WELLINGTON, Kathryn MCDONALD Los amigos de Frantz: Alexandre JOAQUIM, Adam REIST, Artjom MAKSAKOV, Michael GRÜNECKER, Christian TWORZYANSKI Los Invitados: Katrin SCHRADER, Francesco RESCH, Chelsea ADOMAITIS / Candela EBBESEN, Luca BERGAMASCHI, Juliette KLEIN / Hannah WILCOX, Roger NEVES, Portia ADAMS Los Prototypos: Daniele DELVECCHIO, Alexandre JOAQUIM, Christian TWORZYANSKI, Adam REIST, Artjom MAKSAKOV, Roger NEVES

La idea de crear un ballet en torno a Coppélia surgió en 2016, pero mis pensamientos se dirigieron a la «Chica de los ojos de esmalte» mucho antes…Estos pensamientos eran algo ambivalentes, ya que, aunque me fascinaba la historia de un joven que se enamora de una muñeca mecánica, me desanimaba un poco el romanticismo del ballet original.


Entonces se me ocurrió revisar la partitura para poder retomar esta obra clásica del repertorio del ballet actualizando la narrativa: una historia de dos prometidos cuyo amor se vería desafiado por la aparición de la inteligencia artificial. Como siempre he demostrado un profundo respeto por la música y los compositores, me preparé con cierta aprensión para cometer este sacrilegio. Pero el ángulo narrativo de mi ballet me ayudó a hacerlo… La inteligencia artificial se ha inmiscuido de tal manera en nuestra vida cotidiana que muchas cosas han perdido su carácter sagrado. Se han vuelto, si no prescindibles, al menos reemplazables sin poner en peligro la supervivencia del mundo. Así, la de Coppélia fue modificada «genéticamente».

¿Quién sabe cuánto tiempo pasará antes de que los bailarines artificiales entren en los estudios para interpretar coreografías generadas por algoritmos capaces de reproducir la inspiración?

Estoy convencido de que aún queda mucho para ello. Y aunque llegara a pasar, el arte de la coreografía siempre requerirá de alma, carne y sudor para personificar las emociones de forma convincente.

Jean-Christophe Maillot

 Magnífico.

 

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