Timeloss A. Reza Khoohestani
Amir Reza Koohestani entró a formar parte como dramaturgo y actor del
Mehr Theatre Group, una de las compañías teatrales más prestigiosas de
Irán, al poco de su fundación en 1996. En 2001 estrenó Dance on glasses
con apenas 50 euros para la producción, lo que le obligó a usar dos
mesas y dos sillas y la escasa iluminación que tenía el teatro. La obra
estuvo de gira por todo el mundo durante 4 años y la imposibilidad de
levantarse de los actores para no salir del foco de luz -puro
impedimento técnico fruto de la precariedad- se acabó convirtiendo en
marca de estilo y símbolo de un tiempo en el que, tanto en lo individual
como en lo colectivo, la dificultad para el movimiento atravesaba las
vidas en Oriente y en Occidente. Timeloss recoge aquella
herencia, aunque el mundo es muy otro desde aquel lejano 2001. “Yo ya no
soy aquel joven enojado -reconoce Koohestani-. Para estar enojado hay
que tener fe en algo y la fuerza para luchar por ello. Admito que no
tengo nada de eso. A los periodistas y críticos occidentales les
gustaría que hablara sobre las ejecuciones o de la prohibición de la
homosexualidad. Por otro lado, mi gente quisiera que mostrara una imagen
diferente sobre Irán, que hablara de las alegrías presentando un rostro
pacífico y agradable. Mi libertad no está tan limitada por la Oficina
de Seguimiento y Evaluación (la censura iraní) como por estas
expectativas. Timeloss es el fruto de este periodo de
incertidumbre, una obra que no ofrece respuesta. Las respuestas y las
soluciones las dejo a los políticos y los medios. Mi teatro sigue siendo
el de la incapacidad de las personas para levantarse. Timeloss es
una obra sobre la abnegación que trata del pasado; no tanto de
arrepentirse de él como de rechazarlo. No tanto del pasado, como de cómo
se ve el pasado”.
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