El lunes nos querrán N. El Hachmi
El lunes empezaremos una nueva vida, seremos como tenemos que ser y no como somos. Nos adaptaremos a la forma adecuada, meteremos a la fuerza nuestras carnes dentro del molde correcto, tiraremos a la basura lo que sobre y así tendremos éxito, un éxito seguro y definitivo. Obedeceremos a pies juntillas todas las normas, nos comportaremos como es debido y haremos todos los deberes: los que nos han impuesto y los que nos hemos inventado nosotras mismas para ser incluso mejores de lo que nos piden.
La novela es una larga carta que la joven ya adulta, dirige a su mejor amiga, otra hija de inmigrantes a la que conoció en la adolescencia y que le abrió un mundo nuevo porque era más desinhibida que ella y pertenecía a una familia de costumbres más relajadas. Con esa fórmula epistolar, va desarrollándose todo el material narrativo del libro y desplegándose la historia de esas dos mujeres. No estamos ante una fría enumeración de injusticias abstractas sino ante una novela en todo el sentido del término, que convierte en sutilmente eficaz la denuncia de estas a través de la narración y la descripción de lo cotidiano. Las formas de dominio que sufren esas mujeres le suenan al lector a verdad porque no le resultan del todo ajenas a su cultura sino genuinamente reconocibles. A poco que mire al pasado de nuestro país, ese lector reconoce como menos lejanos de lo que quisiera a esos padres que prohíben a la hija que estudie, se maquille, salga a la calle, trabaje, suba al coche de un hombre y elija al chico con el que casarse o perder la virginidad.
A lo largo de 300 páginas, el texto, que también se muestra crítico con la sociedad occidental, deja ver cómo las dos amigas pagan un caro precio por su independencia y cómo viven duramente la experiencia del matrimonio, de la maternidad o de la ruptura con un entorno familiar y religioso cada vez más fanatizado; cómo la ilusión por ser libres y por la llegada de ese «lunes en el que sean queridas» se mezcla con la sombra de esa culpa que las hace más contradictorias, más reales y más humanas.
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