Para acabar con Eddy Bellegueule P. Carter
Édouard Louis y Eddy Bellegueule son la misma persona y no lo son. Para acabar con Eddy es la historia de una transformación, la del niño peculiar que tiene que sobrevivir en el entorno de violencia, machismo, pobreza, homofobia y alcoholismo en el que tiene la mala suerte de nacer. El niño sensible e inquieto que debe ocultar su verdadero yo para intentar ser aceptado. El adolescente que se desvive por parecer un hombre de verdad para esquivar así el destino de abusos y humillaciones al que parece condenado. Pero es Édouard quien, con una honestidad descarnada y luminosa, nos cuenta la historia de Eddy, de su sufrimiento y de su liberación cuando por fin consigue huir de ese entorno opresor. Porque el final de Eddy Bellegueule es el principio de Édouard Louis, uno de los escritores más brillantes de su generación.
La adaptación de Pamela Carter es una traición al
fundamento de la novela por diversas razones. La primera, porque ha
convertido su texto en un picadito de narraciones, donde apenas
encontramos personajes que se desarrollen y que trasladen al espectador
unas vivencias tan lacerantes. Se cuenta mucho, pero se dramatiza poco.
Por otra parte, se ha centrado en exceso en las cuestiones referidas a
la homosexualidad de Eddy. Entre los actores, Raúl Pulido y Julio Montañana Hidalgo se nota el buen rollo amistoso, ambos le ponen entusiasmo y frescura. Mucho público masculino adolescente.
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