Nada C.Laforet
Era la primera vez que viajaba sola, pero no estaba asustada; por el contrario, me parecía una aventura agradable y excitante aquella profunda libertad en la noche. La sangre, después del viaje largo y cansado, me empezaba a circular en las piernas entumecidas y con una sonrisa de asombro miraba la gran Estación de Francia y los grupos que se formaban entre las personas que estaban aguardando el expreso y los que llegábamos con tres horas de retraso.
Nada nos traslada a un mundo gris, opresivo,
cerrado, pobre, sucio, a veces brutal. Andrea, que llega a Barcelona
cargada de esperanzas y de ansias de independencia, se encuentra de
pronto bajo la estrecha vigilancia de su tía, una beata que se encarga
de poner coto a cualquier sueño de realización personal. La penuria
económica también estrecha el panorama de Andrea, que pronto empieza a
pasar hambre. El estómago vacío y el cerebro debilitado por la falta de
alimento son en gran medida, el lector enseguida se da cuenta de ello,
culpables del ambiente angustioso que envuelve a la protagonista (y a la
ciudad entera) a lo largo de toda la novela. ASOMBROSO RELATO
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire