Anna-Eva Bergman De norte a sur, ritmos
La artista noruega Anna-Eva Bergman (1909-1987) consideraba el ritmo
como elemento estructural de la pintura, un ritmo que surgió del empleo
de determinadas materias —hojas de metal, pan de oro, plata o cobre—,
formas, líneas y colores. En sus inicios, su obra estuvo marcada por la
influencia de los artistas alemanes de la Nueva Objetividad pero, a
partir de la década de 1950, experimentó un giro radical cuando se
dedicó a la abstracción pictórica, construyendo un universo singular en
torno a la línea y el ritmo. El paisaje se convirtió entonces en la
referencia esencial de su obra: motivos naturales, mitología escandinava
— planetas, montañas, barcas, fiordos— o la luz nórdica.
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