El mapa de los afectos A. Merino
A Samuel no le intimidaban esas amenazas, los cazadores nunca pasaban demasiado cerca de su árbol. El se sentía seguro abrazado abrazado a aquel tronco grueso de ramas anchas y frondosas. Era su lugar favorito, su observatorio de estrellas en verano y su rincón de rabia en invierno.
El mapa de los afectos no se apoya tanto en una intriga
dominante sino en el vivir cotidiano o la intrahistoria, surcado de
minúsculos aconteceres y vivencias, y sobre todo en ese mundo interior
de las emociones y sentimientos de todo tipo, que propicia quizá las
secuencias más valiosas del libro, al narrar sueños y temores y
obsesiones, o al abordar el tema de la muerte, muy recurrente.
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