Los huerfanitos S. Lorenzo
- Ave María Purísima.
- Hola
-Dime tus pecados.
-Te voy a decir los que no he cometido, que si no no acabamos nunca.
Un inusual subtitulillo parece dar la clave argumental de Los huerfanitos: “Los hermanos Susmozas odian el teatro. Se meten a hacer teatro”. En efecto, de eso trata la novela en líneas generales.
Los Susmozas hermanos son los mismos huerfanitos del título, tres
hombres fracasados -Argimiro, Bartolomé y Críspulo- que sufrieron desde
niños la orfandad moral y material derivada de un padre excéntrico,
Ausias, y que ahora, al comienzo de la novela, tienen que hacer frente a
la última broma de mal gusto de tan trapacero sujeto. Les ha dejado la
herencia envenenada de solventar la situación de deterioro físico y
bancarrota financiera en que se halla el céntrico y antaño prestigio-
so teatro madrileño Pigalle. Para reflotarlo, dejan sus ocupaciones de
medio pelo y se dedican a planear una llamativa función. Pero no tienen
idea de lo que se traen entre manos y carecen de todo lo necesario: no
cuentan con actores, ni director, ni medios técnicos…, ni siquiera
disponen de una obra que puedan representar. La fiebre
imaginativa de los hermanos va supliendo una tras otra las carencias:
fichan un director inútil, rescatan como actores a un grupo de terapia,
llevan engañadas a unos pobretes pensionistas como auxiliares…. A lo largo de los ensayos y hasta el estreno se suceden toda clase de percances, a cual más desastroso.
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