mardi 4 février 2020

Alegría M.Vilas

Todo aquello que amamos y perdimos , que amamos muchísimo, que amamos sin saber que un día nos sería hurtado, todo aquello que, tras su pérdida, no pudo destruirnos, y bien que insistió con fuerzas sobrenaturales y buscó nuestra ruina con crueldad y empeño acaba, tarde o temprano, convertido en alegría.
El alma humana no tendría que haber descendido a la tierra.
Tendría que haberse quedado en las alturas, en los abismos celestiales, en las estrellas, en el espacio profundo. Tendría que haber permanecido alejada del tiempo; el alma humana hubiera estado mejor sin ser humana, porque el alma envejece bajo el sol, se derrite, se hunde y combuestiona en millones de preguntas que se esparcen sobre el pasado, el presente y el futuro, que forman un solo tiempo, y ese es el tiempo personal de cada uno de nosotros, un tiempo en donde el amor es un deseo permanente, que no se cumple, que nos avisa d ela hermosura de la vida y luego se marcha. 
Se marcha. 
Nos deja en un silencio poderoso, amargo y sutil.
 "la valentía que demuestra dejando al descubierto sus flaquezas es estremecedora. Él, hijo de un tiempo y un territorio en el que ocultar casi es dogma, no esconde nada. Trastornos compulsivos, depresión y alcoholismo son tratados de la manera más poética que podamos imaginar. Sin quitar hierro, sin auto indulgencia. Somos lo que somos, el hombre y sus circunstancias; la herencia que nos han dejado los padres más allá del ADN, la lucha constante por mantener la cabeza en su sitio." "La alegría se alcanza desde el dolor cumplido y desde el amor a tu familia. La alegría se conquista. La alegría es humilde y primitiva. Es un sí a la vida. Los hijos forman parte de esa alegría. Pero todo acaba siendo alegría si el corazón está en orden."

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