Mitología Madrid
¿Por qué no se miran los leones de la Fuente de Cibeles? Los
felinos representan la historia de Hipómenes y Atalanta. Esta última,
abandonada por su padre, creció en libertad rodeada de naturaleza, por
lo que desarrolló grandes habilidades, especialmente una gran velocidad.
Al alcanzar la madurez, su padre la presionó para que se casara, pero
ella mostraba poco interés en el matrimonio y quería mantenerse virgen
para consagrar a la diosa Artemisa. Tras las presiones de su padre, Atalanta consintió en casarse con aquel que le ganase en una carrera,
ya que estaba segura de que nadie podría vencerla. Hipómenes la
desafió, lo que ella no sabía es que este planeó una estrategia para
conseguir vencerla llegando a un acuerdo con Venus, la cual le consiguió
tres manzanas de oro del jardín de las Hespérides.Al empezar la carrera, cada vez que Atalanta conseguía adelantar a Hipómenes, él le arrojaba una de las manzanas de oro.
Asombrada por su encanto ella se detenía para recogerla, momento que
aprovechaba para adelantarla. El joven ganó la carrera y Atalanta se
casó con él de buen grado, ya que había quedado impresionada por su gran
inteligencia. Pasados los años, tras una jornada de caza, entraron en
un templo de la diosa de la Madre Tierra para descansar, uniéndose
carnalmente dentro de él, hecho que enfureció a la divinidad, por lo que
decidió castigarles por el atrevimiento condenándolos a tirar de su carro juntos por toda la eternidad sin poder mirarse.
Paseo de Recoletos 4, Aurora es la deidad que personifica el amanecer, equivalente a la griega Eos.
Es una mujer encantadora que vuela a través del cielo para anunciar la
llegada del sol. Sus hermanos son el Sol y la Luna. Tuvo varios hijos:
cuatro de sus hijos son los vientos del norte, del sur, del este, y del
oeste. Según el mito, las lágrimas que derrama mientras vuela a través
del cielo llorando por uno de sus hijos que fue asesinado son el rocío de la mañana.
El ángel alado, representación de Niké, diosa de la Victoria en la antigua Grecia corona el edificio Metrópolis en 1977. Son muchas las maneras de representar a la victoria, siempre como mujer
alada, y siendo opcional que lleve en la mano una corona de laurel con
la que se coronaba a los héroes y Emperadores.
En el el número 49 de la calle de Alcalá, esquina con Barquillo, las cariátides del Instituto Cervantes situadas a ambos lados
de la entrada principal del edificio realizadas en el año 1918. Una cariátide es una figura
femenina esculpida, con función de columna y con un entablamento que
descansa sobre su cabeza. Su nombre, que quiere decir habitantes de
Caria, en Laconia, viene, según se decía, de que siendo esta ciudad
aliada de los persas durante las Guerras Médicas, sus habitantes fueron
exterminados por los otros griegos y sus mujeres fueron convertidas en
esclavas y condenadas a llevar las más pesadas cargas. Se las representó
como tales en las columnas de los edificios.
El Ateneo en la calle del Prado tiene en la escalinata de acceso dos esculturas realizadas en la Academia de España en Roma por los escultores
pensionados Eduardo Barrón y Agustín Querol en 1885. Conocidos por los
apodos del “opositor suspendido” en referencia al Adán y el “opositor
aprobado” en referencia a la Victoria, erguidos e inalterables al paso
del tiempo.
Osa de la Puerta del Sol La osa del
escudo de la capital tienen su origen en las siete estrellas de la
constelación de la Osa Mayor. En el siglo XVI, Juan López de Hoyos, el
ilustre preceptor de Cervantes, en su «Declaración de las Armas de
Madrid» describía así la heráldica de la capital:
«Tienen las
armas de por orla siete estrellas en campo azul, por las que vemos junto
al Norte, que llamamos en griego Bootes, y en nuestro castellano, por
atajar cosas y fábulas, llaman el Carro, las cuales andan junto a la
Ursa, y por ser las armas de Madrid osa, tomó las mismas estrellas que
junto a la Ursa, como hemos dicho, andan, por razón de que como en
tiempo de don Alfonso VI viniendo a ganar este reino de Toledo, el
primer pueblo que ganaron fue Madrid, y para denotar que así como
aquellas siete estrellas que andan alrededor del Norte son indicio de la
revolución y del gobierno de las orbes celestiales, así Madrid como
alcázar y casa real y primeramente ganado, había de ser pueblo de donde
los hombres conociesen el gobierno que por la asistencia de los reyes y
señores de estos reinos de Madrid había de salir, y también porque este
nombre Carpetano, como abajo declaramos, quiere decir Carro, por eso
tomó las siete estrellas que en el cielo llamamos Carro».
Y terminamos en la Plaza Mayor, admirando las pinturas de la Casa de la Panadería.Los motivos elegidos tienen relación con la mitología y la historia madrileñas.
Vemos a Cibeles, Cupido, Baco, sátiros, venus, leones, gatos, tritones,
jarrones, … las figuras miden unos tres metros y medio y recuerdan las
antiguas pinturas barrocas. A los colores de la carne de las figuras se
suman los azules y los dorados.En lugar de la pintura al fresco, tan delicada, el pintor Carlos Franco utilizó pintura al silicato, más resistente.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire