mardi 5 février 2019

Mitología Madrid

¿Por qué no se miran los leones de la Fuente de Cibeles? Los felinos representan la historia de Hipómenes y Atalanta. Esta última, abandonada por su padre, creció en libertad rodeada de naturaleza, por lo que desarrolló grandes habilidades, especialmente una gran velocidad. Al alcanzar la madurez, su padre la presionó para que se casara, pero ella mostraba poco interés en el matrimonio y quería mantenerse virgen para consagrar a la diosa Artemisa. Tras las presiones de su padre, Atalanta consintió en casarse con aquel que le ganase en una carrera, ya que estaba segura de que nadie podría vencerla. Hipómenes la desafió, lo que ella no sabía es que este planeó una estrategia para conseguir vencerla llegando a un acuerdo con Venus, la cual le consiguió tres manzanas de oro del jardín de las Hespérides.Al empezar la carrera, cada vez que Atalanta conseguía adelantar a Hipómenes, él le arrojaba una de las manzanas de oro. Asombrada por su encanto ella se detenía para recogerla, momento que aprovechaba para adelantarla. El joven ganó la carrera y Atalanta se casó con él de buen grado, ya que había quedado impresionada por su gran inteligencia. Pasados los años, tras una jornada de caza, entraron en un templo de la diosa de la Madre Tierra para descansar, uniéndose carnalmente dentro de él, hecho que enfureció a la divinidad, por lo que decidió castigarles por el atrevimiento condenándolos a tirar de su carro juntos por toda la eternidad sin poder mirarse.
Paseo de Recoletos 4, Aurora es la deidad que personifica el amanecer, equivalente a la griega Eos. Es una mujer encantadora que vuela a través del cielo para anunciar la llegada del sol. Sus hermanos son el Sol y la Luna. Tuvo varios hijos: cuatro de sus hijos son los vientos del norte, del sur, del este, y del oeste. Según el mito, las lágrimas que derrama mientras vuela a través del cielo llorando por uno de sus hijos que fue asesinado son el rocío de la mañana. 

El ángel alado, representación de Niké, diosa de la Victoria en la antigua Grecia corona el edificio Metrópolis en 1977. Son muchas las maneras de representar a la victoria, siempre como mujer alada, y siendo opcional que lleve en la mano una corona de laurel con la que se coronaba a los héroes y Emperadores. 

En el el número 49 de la calle de Alcalá, esquina con Barquillo, las cariátides del Instituto Cervantes situadas a ambos lados de la entrada principal del edificio realizadas  en el año 1918. Una cariátide es una figura femenina esculpida, con función de columna y con un entablamento que descansa sobre su cabeza. Su nombre, que quiere decir habitantes de Caria, en Laconia, viene, según se decía, de que siendo esta ciudad aliada de los persas durante las Guerras Médicas, sus habitantes fueron exterminados por los otros griegos y sus mujeres fueron convertidas en esclavas y condenadas a llevar las más pesadas cargas. Se las representó como tales en las columnas de los edificios. 




El Ateneo en la calle del Prado tiene en la escalinata de acceso dos esculturas realizadas en la Academia de España en Roma por los escultores pensionados Eduardo Barrón y Agustín Querol en 1885. Conocidos por los apodos del “opositor suspendido” en referencia al Adán y el “opositor aprobado” en referencia a la Victoria, erguidos e inalterables al paso del tiempo. 



 

Osa de la Puerta del Sol La osa del escudo de la capital tienen su origen en las siete estrellas de la constelación de la Osa Mayor. En el siglo XVI, Juan López de Hoyos, el ilustre preceptor de Cervantes, en su «Declaración de las Armas de Madrid» describía así la heráldica de la capital:
«Tienen las armas de por orla siete estrellas en campo azul, por las que vemos junto al Norte, que llamamos en griego Bootes, y en nuestro castellano, por atajar cosas y fábulas, llaman el Carro, las cuales andan junto a la Ursa, y por ser las armas de Madrid osa, tomó las mismas estrellas que junto a la Ursa, como hemos dicho, andan, por razón de que como en tiempo de don Alfonso VI viniendo a ganar este reino de Toledo, el primer pueblo que ganaron fue Madrid, y para denotar que así como aquellas siete estrellas que andan alrededor del Norte son indicio de la revolución y del gobierno de las orbes celestiales, así Madrid como alcázar y casa real y primeramente ganado, había de ser pueblo de donde los hombres conociesen el gobierno que por la asistencia de los reyes y señores de estos reinos de Madrid había de salir, y también porque este nombre Carpetano, como abajo declaramos, quiere decir Carro, por eso tomó las siete estrellas que en el cielo llamamos Carro».

Y terminamos en la Plaza Mayor, admirando las pinturas de la Casa de la Panadería.Los motivos elegidos tienen relación con la mitología y la historia madrileñas. Vemos a Cibeles, Cupido, Baco, sátiros, venus, leones, gatos, tritones, jarrones, … las figuras miden unos tres metros y medio y recuerdan las antiguas pinturas barrocas. A los colores de la carne de las figuras se suman los azules y los dorados.En lugar de la pintura al fresco, tan delicada, el pintor Carlos Franco utilizó pintura al silicato, más resistente.

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