dimanche 4 mars 2018

Ed van der Elsken

La retrospectiva más extensa realizada en nuestro país sobre el trabajo fotográfico y cinematográfico de Ed van der Elsken (Ámsterdam, 1925 - Edam, 1990), sin duda, una de las figuras más relevantes del panorama artístico de la segunda mitad del siglo XX en los Países Bajos.
Ed van der Elsken (Ámsterdam, 1925 - Edam, 1990) fue un fotógrafo que desarrolló buena parte de su trabajo en las calles de distintas ciudades de todo el mundo, desde su Ámsterdam natal hasta París o Tokio, buscando lo que él llamaba “su” gente, gente auténtica y genuina con la que en muchos casos se identificaba. La fotografía fue para él un medio con el que experimentar y exteriorizar su propia vida, razón por la que su personalidad queda reflejada tanto en la relación que entabla con sus personajes como en sus numerosos autorretratos. La modernidad y la autenticidad visual de sus imágenes están en consonancia con su espíritu aventurero y, a la vez, con el estilo de vida inconformista de las personas cuya vida cotidiana compartía. Además de una amplia selección de sus fotografías, la muestra incluye maquetas de sus publicaciones, hojas de contactos y bocetos que permiten comprender mejor su método de trabajo. Asimismo, los fragmentos seleccionados de sus películas, en blanco y negro o en color, ponen de relieve su labor como cineasta y permiten entender la estrecha relación que en la obra de Van der Elsken existe entre la práctica cinematográfica y la fotografía.
Il aimait se promener dans les villes, parler avec les gens. Il s'attachait à photographier le langage des corps. Considéré comme “l’enfant terrible” de la photographie hollandaise. S’il a beaucoup pratiqué la couleur à partir des années 1960, son œuvre reste essentiellement attachée à ses images en noir et blanc. Il était à la fois photographe et cinéaste, curieux de toutes les formes graphiques. S’il a beaucoup photographié sa vie intime, son terrain de prédilection était la rue, de jour comme de nuit. Véritable chasseur, il séduisait ses futures proies avec son Rolleiflex ou son Leica. Adepte de l’instantané, il mettait néanmoins souvent en scène ses rencontres. Son noir et blanc est iconoclaste et provocateur, par rapport à l’œuvre géométrique de Cartier-Bresson.

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