Transición Historia de una política española (1937-2017) S.Juliá

En un estilo algo farragoso Juliá repasa los años que van desde el final de la guerra hasta la actualidad. El libro tiene una gran virtud, está profusamente documentado y da voz a los protagonistas. Tiene dos partes: los siete primeros capítulos que suponen la mitad de las más de 600 páginas, abarcan los 40 años del franquismo; detalla meticulosamente los sucesivos
encuentros y desencuentros de monárquicos y socialistas desde el pacto
de San Juan de Luz (1948), las aproximaciones de exiliados y opositores
del interior (Munich, 1962), así como las modulaciones comunistas hasta
culminar en la fórmula de "reconciliación nacional" (desde 1956). Los seis capítulos restantes se ocupan de los hechos más próximos a
nosotros, peripecias de la
transición y problemas políticos surgidos en las últimas décadas. En "Amnistía", quizá
uno de los capítulos más impactantes, Juliá demuestra que la transición
fue muy generosa con los terroristas -con ETA en particular- sin
recibir contrapartidas no ya de quienes empuñaban las armas sino tampoco
de nacionalistas ni intelectuales en general. En "Y estatutos de
autonomía" analiza las sinuosas negociaciones que dieron como fruto los
diversos gobiernos autonómicos, sin que la satisfacción por lo
conseguido lograra desplazar una extendida sensación de desencanto.
Santos Juliá sostiene que "la campaña de legitimación de la independencia de los
nacionalistas catalanes está basada en mentiras" y que esas "mentiras"
han creado "sentimientos que han reforzado sus posiciones".
El libro es uno más acerca de un periodo de nuestra historia que dista de estar cerrado. Ese esfuerzo por atenerse a lo documentado no impide que Juliá olvide sus
intereses ni ideología. Maltrata innecesariamente a Podemos, "Pablo Iglesias, el tertuliano con coletas" "fenómeno televisivo" responsabiliza a la Sexta de su auge y a Irán de su financiación.
intereses ni ideología. Maltrata innecesariamente a Podemos, "Pablo Iglesias, el tertuliano con coletas" "fenómeno televisivo" responsabiliza a la Sexta de su auge y a Irán de su financiación.
Populismo, en suma. Cinco millones de españoles quedan como inocentes en el mejor de los casos, como gilipollas en el peor. Recordar que Santos Juliá fue durante muchos años el ideólogo con mayor proyección mediática de la visión de España como un Estado uninacional, centrado en la capital del Reino, promovida por El País,no está de más.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire