Una voz en la noche A.Camilleri
Se despertó cuando apenas eran las seis y media de la mañana,
descansado, fresco y con la cabeza perfectamente despejada.
Se levantó, fue a abrir los postigos y echó un vistazo al exterior.
Un mar tranquilo, como una balsa, y un cielo sereno, celeste, con
alguna que otra nubecilla blanca que parecía pintada por un pintor aficionado y
puesta allí para adornar. Era, en definitiva, un día anónimo, y al comisario le
gustó precisamente por esa falta de carácter.
Y es que hay días que imponen desde la primera luz del alba una
personalidad fuerte, y uno no puede
hacer más que dejar caer los hombros, rendirse y aguantar.
Volvió a acostarse. No tenía trabajo en la comisaría y podía tomarse
las cosas con calma.
Un extraño robo en un
supermercado que aboca al suicidio a su director; una joven asesinada
salvajemente; un joven rico impaciente y maleducado; las cosas no son nunca tan
simples como parecen. El comisario Montalbano cumple 58 y sigue en forma.
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