La neblina del ayer L.Padura
Los síntomas llegaron de golpe,como la ola voraz que atrapa al niño en la costa apacible y lo arrastra hacia las profundidades del mar: el doble salto mortal en el estómago, el entumecimiento capaz de ablandar sus piernas, la frialdad sudorosa en las palmas de las manos y, sobre todo, el dolor caliente, debajo de la tetilla izquierda, que acompañaba la llegada de cada una de sus premoniciones.Apenas corridas las puertas de la biblioteca,lo había invadido el olor a papel viejo y recinto sagrado que flotaba en aquella habitación alucinante, y Mario Conde, que en sus remotos años de policia investigador había aprendido a reconocer los reflejos físicos de sus salvadoras premoniciones, debió preguntarse si en alguna ocasión había sentido un tropel de sensaciones tan avasallador como el de ese instante.
Una biblioteca virgen en La Habana empobrecida esconde secretos de familia y respuesta al suicidio de una cantante de un sólo disco. Mario Conde expolicia romántico y bibliófilo no puede zafarse de lo que le espera.
Una biblioteca virgen en La Habana empobrecida esconde secretos de familia y respuesta al suicidio de una cantante de un sólo disco. Mario Conde expolicia romántico y bibliófilo no puede zafarse de lo que le espera.
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