vendredi 24 juillet 2009

El viaje del elefante José Saramago

Quiera dios que no sea necesario darles uso, pensó el oficial, preocupado con la posibilidad de que la entrega de salomón pudiera desencadenar, por falta de tacto a un lado o a otro, un casus belli. Tenía bien presentes en la memoria las palabras del secretario pedro de alcáçova carneiro, también las explícitas, claro, pero sobre todo las que, pese a no haber sido escritas, se sobrentendían, es decir, si los españoles, o los austriacos, o unos y otros, llegan a mostrarse antipáticos o provocadores , deberá procederse en conformidad. El comandante no conseguía imaginar bajo que pretexto los soldados que venían de camino, fueran ellos españoles o austriacos , se podían mostrar provocadores, ni siquiera antipáticos. Un comandante de caballería no tiene las luces ni la experiencia política de un secretario de estado, por tanto hará bien en dejarse guiar por quien más sabe, hasta llegar, en caso de que llegue, la hora de la acción. (Pág. 118 de 270)

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