Gomorra de Roberto Saviano
Tenía los pies inmersos en el pantano. El agua me llegaba a los muslos. Sentía hundirse los talones. Ante mis ojos flotaba una enorme nevera. Me lancé sobre ella, la abracé, apretando fuerte los brazos, y me dejé llevar. Me vino a la mente la última escena de Papillon, la película protagonizada por Steve McQueen e inspirada en la novela de Henri charrière. También yo, como Papillon, parecía flotar sobre un saco lleno de nueces de coco, aprovechando las mareas para huir de Cayena. Era una idea ridícula,pero en algunos momentos no tienes otra cosa que hacer más que entregarte a tus delirios como algo que no eliges, como algo que sufres y basta. Tenía ganas de chillar, quería gritar, quería desgarrarme los pulmones, como Papillon, con toda la fuerza del estómago, rompiéndome la tráquea, con toda la voz que la garganta aún podía bombear.
- ¡Malditos bastardos, todavía estoy vivo!
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