Volvemos a empezar
Si algún novato como yo se lanza a blogear, es bueno que sepa que una vez suprimido el blog, ya no se recupera nada, salvo la dirección y no sé cómo lo he hecho, asi que no me preguntéis.
Suprimí el anterior despues de leer un comentario que acabó de convencerme. No sé si este seguirá el mismo camino dentro de algunos días, ya se verá. Esta tarde vuelvo a empezar, habrá menos fotos y más texto.
No cabe ninguna duda de que La Reunión no tiene mucho ambiente, pero como ya lo sabía antes de venir, no me quejo.La única latina que conozco en esta isla, una cubana, fue lo primero que me soltó, que esto era un muermo. Bueno, ella no empleó esos términos, eso no importa; lleva siete años y sabe lo que dice.
Son las siete y media y ya hace noche desde hace una hora, no se me ocurre, pero si ahora saliera a la calle no vería a nadie; puede que en las ciudades haya más animación, pero el "by night" de San Denis (la capital) anda stand by, según me han dicho lo más marchoso es St Pierre.
Hoy jueves es un día tranquilo, sólo tengo dos horas. Los alumnos están muertos, sobre todo los de Terminale, a veces alguno se queda frito encima de la mesa, los compañeros quieren despertarle, yo les dejo que se recuperen. Tienen unos horarios infernales, la mayoría está interno porque al ser el único instituto hotelero, vienen de toda la isla y de más lejos.
Los levantan a las seis y empiezan las clases a las 7h30, cinco horas de un tirón hasta las 12h30. Una hora para comer y a las 13h30 vuelta a empezar hasta las 16h30 o las 17h30. Y no sólo son las clases, tienen prácticas de cocina y un día por semana acaban a las doce, sirven la cena en el restaurante llamado de aplicación.
Me caen bien, son simpáticos y me sorprenden con su visión de España, hablamos sobre todo de cocina. Hoy teníamos un texto sobre la dieta mediterránea y sus beneficios,me medio cuentan lo que desayunan, comen, cenan y me dicen que ya saben que los Españoles toman churros por la mañana. El tópico de la siesta también llegó hasta aquí y cuando les intento sacar de su error, me miran con cara dubitativa.
Ese rítmo se lleva peor con el calor pegajoso que arrastramos desde principios de febrero, nos amenazan las tormentas tropicales y los ciclones y ya van tres, que al final se desvían a otros lugares. y las consecuencias no van más allá de subida de precios en fruta y verdura, destrozo de caminos y cambio de planes.
El pasado tenía una "rando" al Maïdo esperándome que se canceló en el último momento y este una comida que está pendiente del tiempo.
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